Capítulo 217. Una importante declaración.
Pandora Collins
Nunca había estado en una sala de audiencias.
Ni como acusada. Ni como testigo. Ni como nada.
Hasta hoy.
El lugar olía a perfume caro y miedo.
Una mezcla curiosa que solo se siente donde el poder y la mentira se sientan juntos.
Los flashes de las cámaras seguían entrando por las rendijas de la puerta cada vez que se abría, y el murmullo constante de los periodistas era como una respiración contenida.
Yo me mantuve de pie, con el cuerpo erguido, aunque por dentro todo me temblaba.
Había pasado una semana desde que explotó lo de la red de corrupción y diariamente salían nuevos involucrados, lo que tenía a la cima del poder temblando.
Me quité una arruga imaginaria. Del traje que Amy había elegido para mí era gris perla, sobrio, sin un solo exceso.
“Neutraliza su aspecto”, me había dicho.
Y lo hizo.
A Luciana le habían sacado un permiso especial para estar presente en la corte; su elegancia parecía un disfraz que ya no engañaba a nadie.
La audiencia comenzó puntual.
El