Ella traga saliva y saca fuerzas para apartarse de él. —Debemos bajar —dijo, y ella se cruza de brazos—. Cambia tu actitud, Alice; después de todo, en dos días serás libre —se viste rápidamente y ella no le responde. Salen de la habitación y Alice se ve obligada a cambiar su actitud, a mantenerse serena como si nada hubiera pasado, lo cual tranquiliza a Damian, que estaba teniendo una batalla mental pensando que Alice lo arruinaría todo.
Cooper retoma aire antes de llegar a la sala de estar, y aunque todo su cuerpo está adolorido, su mente es un torbellino de pensamientos que la agobian. Con el corazón destrozado en mil pedazos, quiere, por lo menos, volver a esbozar esa estúpida y falsa sonrisa.
Su cuerpo siente un escalofrío que le hizo erizar la piel cuando percibe que Damian la toma de la mano. Intenta soltarse, pero él no la deja. La toma con más firmeza, pero al ingresar a la sala, deja de batallar. Carla, al ver a Alice, traga saliva y la mira rápidamente de pies a cabeza.
—¡Me