—Milo acabó aceptando que abdique en su favor. Ahora lo que debemos decidir es cómo llevar a la práctica lo que madre quiere.
—Disgregar el clan.
—Sí. Lo natural sería separar las familias: que mis primos y sus hijos y nietos formen su propio clan, y mis hermanos conformen el otro.
—¿Pero?
—Pero si conozco a mis primos, habrá problemas.
—¿Por qué?
—Es de esperar que mis primos mayores, Finneas y sus hermanos de camada, tomen el mando. Pero no creo que ninguno de ellos esté interesado en tomar parte de la guerra como mis tíos hacen. Y mis primos más jóvenes, como Baltar y Kendall, no aceptarán que un Alfa descaderado les ordene retroceder y abandonar todo por lo que han luchado tanto.
—Como Reisling.
—Por ejemplo, sí. Hace sólo cuatro o cinco años, Reisling e