Dante y Aria, con la mitad del ejército aliado, marcharon hacia el encuentro de las fuerzas cultistas en las Llanuras Heladas. La inteligencia de Samuel había identificado un campamento masivo allí —seguidores de los Caídos reunidos en número alarmante.
El viaje tomó tres días. Durante ese tiempo, Dante mantenía contacto constante con Luna y Zara a través del lazo. Podía sentir su progreso hacia el Océano del Este, sentir la anticipación nerviosa de Luna, la concentración absoluta de Zara.
"¿Cómo van?" proyectó la tercera noche.
"Bien", Luna respondió. "Llegaremos al sitio del sello mañana al mediodía. Zara dice que necesitará cuatro horas para completar el ritual de refuerzo."
"Cuatro horas desprotegidas", murmuró Dante preocupado.
"Por eso trajimos guardias", Zara añadió a la conversación. "Y confío en que tú y Aria mantendrán ocupadas a las fuerzas cultistas lejos de nosotras."
"Lo haremos", Aria prometió ferozmente.
Cuando finalmente alcanzaron las Llanuras Heladas, la escena era