Capítulo 4 : Usted no puede ser el alfa King

— Quiero a cada uno de esos traidores vivos — dijo Forest mientras terminaba de colocarse su chaqueta — quiero que cada uno de esos perros sean ajusticiados por atreverse a hacer algo como asesinar al alfa de otra manada sin mi consentimiento.

— Usted mató a la mayoría mi señor — dijo su beta — solo quedan cuatro personas y estamos tratando de descubrir quién está detrás de todo esto.

— Me haré cargo — dijo antes de inclinarse — debería ir a casa, su familia lo necesita, sabe algo sobre la loba que me hirió.

—No señor —dijo su segundo al mando —nada aun, pero seguimos buscando.

Forest asintió, dejo que su hombre se marchara antes de mirarse en el mugriento, espejo del lugar donde había pasado los dos últimos días. La fábrica abandonada tenía un olor penetrante que hacía a cualquier lobo asquearse, pero necesitaba quedarse ahí mientras sanaba.

El reflejo en el espejo hizo al lobo dentro de su mente sonreír, la cicatriz aun algo enrojecida que seguía en su frente a juego con la que cubría su garganta, un grato recuerdo de la mujer de su luna. Forest sabía que esa mescla de molestia y emoción en su interior no eran algo bueno. Sentía molestia por haber bajado la guardia a un punto en que pudieron atacarlo, pero también el deseo quemaba en su interior, ya que era su luna, el alma gemela de su lobo, todo lo que un lobo desea tener.

Forest se alejó del espejo, al menos la mayoría de los lobos lo deseaban, él, sin embargo, solo quería saber quién se había atrevido a pasar sobre su cabeza. Caminó hacia una de las polvorientas ventanas. Forest nunca tuvo realmente algo, creció a la sombra de su hermano, fue apartado de la manada cuando este creyó que su puesto como alfa peligraba y después de todo el tiempo que le dedicó a llegar donde estaba.

Lo último que él necesitaba era que alguien más ensuciara su nombre o cuestionara su capacidad de liderazgo. Forest sabía todo eso, pero su lobo no parecía hacerlo, ya que estaba demasiado preocupado por la mujer con la que durmió.

La mujer que tuvo en sus brazos y que deseaba incluso si ella lo odiaba. Forest camino hacia la entrada de la fábrica, sí que esa chica, que aseguró ser su hija, pensaba que era quien mató al alfa Handking mucho mejor para él porque eso la mantendría lejos. Esa chica seguramente escapó hacia algún lugar, cosa que él agradecía porque lo único que no necesitaba en esos momentos era lidiar con problemas de amor.

El camino de regreso a la manada de su hermano se hizo demasiado corto, Forest trató de no sentirse desgraciado solo porque cada kilómetro le hacía sentir más lejos de la mujer que no le convenía en lo absoluto. Tragó grueso cuando vio las flores azules depositadas en la entrada de la manada.

Había recibido un aviso a mediodía, justo antes de que el caos estallara en el consejo de lobos, al escuchar que el alfa Handking era quien estaba detrás de ellos. Forest había dejado en claro que lo dudaba, había lidiado con las preguntas y acusaciones del resto de alfas.Solo para despues resivir la noticia de que estaban a punto de atacar a la manda de dicho alfa. Desgraciadamente llegó demasiado tarde.

— Estamos aquí alfa.

Forest asintió bajando del auto, hubiese preferido correr hacia su casa, pero era un momento complicado, su territorio estaba rodeado de ciudades humanas y las normas de no correr fuera de la manada eran claras para todos los lobos. El alfa caminó con prisas hacia la entrada de la casa que fue de su hermano, los guardias se inclinaron antes de permitirle pasar dentro de casa.El silencio sepulcral dentro de la casa era atronador, esa aura de tristeza se hacía a cada paso que él daba y cuando por fin llegó al salón principal se prometió a sí mismo, no dejaría que nadie dentro de ella cuestionara una vez más su liderazgo.

— ¡Forest! — la primera que habló fue Anna, la viuda de su hermano — ¡Porque no estabas aquí! — le acusó — tan poco te importó tu hermano.

— No tengo tiempo para esto — dijo sacando su chaqueta, la dejó en uno de los respaldos antes de sentarse en el sitio vacío donde alguna vez su hermano solía sentarse — he venido a dejar las cosas claras, dile a Red que venga aquí.

Anna trago grueso, miro hacia algún lugar con preocupación, pero hizo lo que el marido de su difunto esposo le decía. Masculló una maldición mientras sospechaba lo que su cuñado hacía en ese lugar. Caminó hacia la oficina donde su hijo había estado desde la noche anterior, usando aun el traje negro por el luto.

— Tu tío está aquí Red — su voz era preocupada — recuerda ser inteligente ante todo hijo, él es el alfa King, no importa cuánto lo odies, debes mantener la calma.

— Ni siquiera debió venir aquí madre — dijo el joven desatando su corbata — soy el alfa ahora, él debería concertar una cita antes de…

— ¡No seas prepotente! — su madre golpeó el escritorio — es el alfa King, tomó ese lugar a la fuerza y aunque no nos agrade es mucho más importante que los dos.

Anna acompañó a su hijo hacia la sala, se sentó a su lado en una de las sillas frente a la de forest y el ambiente se sintió cargado mientras las tres personas se miraban sin decir absolutamente nada.

— ¿Qué sucedió tío? — dije red después de unos minutos — el entierro de mi padre fue hace dos dias  usted no tenía que venir hasta aquí el día de hoy.

— ¿No tenía? — la voz de forest era fría —  ¿Acaso pensaste que dejaría las cosas salir como tú y tu madre deseaban? — Forest negó — mientras el caso de la muerte de mi hermano y la del alfa Handking estén sin resolver no voy a permitir que tomes el lugar de alfa.

— ¡Qué está diciendo! — Anna se levantó de su silla — ¡Se atreve a acusarnos de algo! — niega — el alfa Handking asesinó a tu hermano y está más que bien con que alguien más lo matara, debería estar agradecido de que su hija siga con vida, bajo nuestro cuidado.

Esas palabras hicieron a Forest Fruncir el ceño, su lobo se movió dentro de su pecho emocionado, pero él aplacó esa emoción porque era imposible que algo así hubiese sucedido sin que él lo supiera.

— ¿La hija del alfa Handking está aquí? — negó — es imposible, así que déjense de tonterías, yo estoy a cargo desde ahora, esta es mi casa hasta que descubra la verdad —  miró a su sobrino — ¿Tienen algo que decir?

— ¡Por supuesto que lo hago! — Red se puso en pie con los dientes apretados —  ¡Esta es mi manada!, tú no eres más que el hijo bastardo de mi abuelo, no vas a tomar lo que me…

Forest no dejó a su sobrino terminar la frase, lo empujó con fuerza contra la pared más cercana y aunque su cuñada gritó en pánico, él no cedió. Sus ojos se clavaron en su sobrino, un lobo demasiado prepotente para su gusto.

— ¿Vas a matarme? — apretó aún más su garganta — maté a seis lobos antes de alcanzar al alfa King, lo maté con mis propias manos después de que confesara los abusos que cometió en contra de las manadas y tu pedazo de basura, ¿Quieres desafiarme?

— No, yo… solo decía que… Que este es mi…

— No tienes derecho a decir nada — lo soltó — ahora, tráiganme algo de comer.

— Sí señor.

La viuda del alfa corrió lejos seguida de su hijo, Forest suspiró antes de caminar hacia la ventana para servirse un trago mientras esperaba la comida. Su garganta se cerró un segundo antes de que ese olor regresara. El vaso en sus manos cayó al suelo cuando se dio media vuelta.

Llevaba un vestido de empleada, su cabello recogido en una cola lo dejó ver perfectamente las magulladuras en su rostro y cuando la bandeja en manos de la mujer cayó al suelo pudo ver también las heridas en sus manos. Forest no pudo evitar correr hacia ella con preocupación.

— ¡Qué haces aquí! —  gritó — Qué estás haciendo.

—Tu—ella parecía entre asustada y feliz de verlo—que haces...

La chica en pánico lo miró pero, un grito de rabia llenó la habitación antes de que la muchacha asustada fuera completamente empujada al suelo. Melissa se quejó mientras la viuda del alfa la golpeó con una de sus piernas.

— M*****a basura, ni siquiera puedes servir una comida — la tomó del pelo con odio — pero vas a limpiar esto con tu m*****a lengua, idiota, te juro que voy a…

Forest detuvo a su madrastra antes de que empujara el rostro de la chica contra la comida esparcida por el suelo. Melissa tembló cuando fue forzada a levantarse por el asesino de su padre. Este la miró durante un momento antes de lanzarla a uno de los sofases.

— ¿Qué crees que haces? — gritó Forest — ¡Cómo te atreves a tratar de esta manera a…!

— ¿Qué está sucediendo madre? — una mujer extraña entró a la habitación —  los gritos se escuchan hasta la…

— Alfa King — la chica se enmudesío — no sabía que usted estaba…

— Alfa… King… — jadeó Melissa — ¿Es usted el alfa King?, ¡No puede ser!, ¡Usted no puede ser el alfa King!

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo