Capítulo 64.
Tuve que tomarme un respiro. Usar el Velo me había dejado agotada.
Apenas el portal se cerró detrás de la última loba, mis piernas cedieron. Me senté en medio del bosque, con la cabeza apoyada entre las rodillas, intentando calmar el mareo que me nublaba la vista. El suelo estaba húmedo y frío, y el olor a miedo de las lobas todavía flotaba en el aire.
Respiré hondo, despacio. Mi cuerpo temblaba. Sentía el corazón golpeando en las sienes y el eco del poder todavía vibrando bajo mi piel, como si el Velo se resistiera a soltarme.
Mientras tanto, los sonidos del caos seguían a lo lejos: los rugidos de Zayn, el caos que causaba el lobo blanco, los gritos humanos quebrándose en la distancia. Cerré los ojos, tratando de aprovechar los segundos de calma antes de que continuáramos con la misión.
Diez minutos después, el bosque volvió a estar tranquilo.
Sabía lo que eso significaba: habían terminado.
Me obligué a ponerme de pie, tambaleándome un poco. El cuerpo me pesaba, los mús