Capítulo 62.
Después de jugar un buen rato con Cleo, ella se despidió con un último giro en el aire y partió hacia el este, perdiéndose entre las copas de los árboles. Zayn y yo nos quedamos mirando el cielo hasta que su silueta se desvaneció por completo.
—¿Crees que tenga un nido por ahí? —pregunté, cruzando los brazos.
—O tal vez anda buscando pareja —respondió Zayn con una sonrisa cómplice—. Cuando no está con su familia lobuna, siempre desaparece hacia la misma dirección. Quizá haya un reino donde los Cóndores la han hecho su líder y siempre vuelve para gobernar a sus súbditos.
Reí por lo bajo. Era divertido inventar teorías sobre la vida secreta de Cleo, aunque ninguna de nuestras suposiciones tuviera sentido real.
El camino de regreso a nuestra cabaña crujía bajo nuestras botas, todavía húmedo por el deshielo. Cuando entramos, el calor de la chimenea nos envolvió de inmediato… junto con un olor a tierra que me hizo fruncir la nariz.
Allí, sentado en el suelo de la sala, estaba nue