Rowan
Al fin.
Al fin la tenía en mis brazos.
Mi compañera.
Clara estaba inconsciente, su cuerpo débil contra el mío, y aun así su sola presencia me devolvió la vida. Tenía algunos cortes en la piel, pero para mi sorpresa ya se estaban cerrando, dejando apenas líneas tenues donde antes hubo surcos.
—“Debe ser su loba” —susurró Varek en mi mente, aliviado—. “Nos está protegiendo. Ella está aquí, con nosotros.”
La apreté un poco más fuerte contra mi pecho, cuidando de no lastimarla, como si al sostenerla pudiera impedir que el mundo volviera a arrancármela.
No me importaba nada más.
Los lobos muertos alrededor, el aire cargado de sangre, los gruñidos de Edward transformado, ni siquiera la mujer de cabello rosado que se mantenía cerca de Clara como una sombra… nada de eso importaba. Solo ella.
Clara.
Mi Luna.
No sabía quién era esa mujer ni por qué la había protegido, y sinceramente no me interesaba. Había un solo pensamiento que atravesaba mi mente con la fuerza de un trueno: debía saca