Rowan
La habitación estaba en silencio, pero mi mente no.
Desde que abrí los ojos, todo me parecía… ajeno.
El techo, la cama, las paredes cubiertas con cortinas elegantes, en colores sobrios. Incluso el reflejo que me devolvía el espejo parecía de otro. De alguien más, un disfraz acomodado.
Me ayudaban a preparar para la fiesta. Una fiesta que no pedí.
La celebración por mi supuesto regreso.
Y aún así, me sentía incompleto.
Vacío.
Como si faltara algo esencial que no lograba identificar.
Una parte de mí estaba en sombras.
Varek.
No lo sentía.
No escuchaba su voz, no percibía su energía salvaje dentro de mí.
Solo silencio.
Como si lo hubieran borrado.
Y eso… me aterraba.
De pie frente al espejo, mientras uno de los hombres de la manada ajustaba los detalles de mi chaqueta, trataba de ordenar mis pensamientos.
Pero cada línea temporal que intentaba construir, se desmoronaba.
Recordaba fragmentos.
Sensaciones sueltas.
Imágenes, sonidos y aromas de algo más profundo que parecía estar ente