—Apresaron a su hermano Veer y Lucian y los decapitaron —repitió Trish, temblando.
Me quedé mirándola sin poder moverme.
No entendía.
No quería entender.
Las palabras rebotaban dentro de mi cabeza como si no fueran reales.
—Eso no puede ser cierto —dije al fin. —El...Lucian escapó, me dijo que el sobreviviría...esto...tu mientes...—mi garganta se trancaba. No podia pronunciar bien las palabras. —mientes.
Trish negó, con los ojos llenos de lágrimas.
—Lo vi con mis propios ojos, mi señora. Los llevaron al patio, los pusieron de rodillas. Nadie se atrevió a intervenir. Nadie. Los mataron allí msimo.
Mis manos comenzaron a temblar.
Lucian.
Veer.
Mi sangre.
Mi familia.
—¿Dónde están sus cuerpos? —pregunté, con la garganta cerrada.
Trish bajó la mirada.
—Daren ordenó que los llevaran al norte del castillo. Nadie tiene permitido acercarse allí.
El corazón me latía tan fuerte que pensé que se me rompería dentro del pecho.
Me levanté sin pensar.
—¿A dónde va? —preguntó ella, asustada.
—A bus