Capítulo 85. Alianzas peligrosas.
Camilo estaba revisando la lista de contactos que había movilizado en carreteras y aeropuertos, pero fruncía el ceño: sabía que con eso no bastaba. Julián, apoyado contra una estantería, lo observaba con seriedad.
—No tenemos suficiente —dijo Camilo al fin, soltando el bolígrafo—. Ni con mis hombres ni con tus contactos vamos a frenar un operativo del Arconte.
Julián se cruzó de brazos.
—Hay alguien más que puede ayudarnos, pero no va a ser fácil convencerla.
Camilo lo miró, desconfiado.
—¿Quién?
—Renata Rivas —respondió Julián con firmeza—. Fiscal en Bogotá.
Camilo parpadeó, sorprendido.
—¿Y qué tiene que ver ella en todo esto?
—Es prima de mi madre, Emilia Rivas —explicó Julián—. Renata es recta, incorruptible. Si le decimos que detrás está el Arconte, no va a mirar hacia otro lado.
Camilo lo pensó un momento. Sabía lo arriesgado que era involucrar a alguien externo, pero también entendía que estaban contra el tiempo.
—Está bien —concedió—. Haz el contacto.
Al amanecer, en un aparta