El teléfono vibró sobre la mesita de noche a las diez de la mañana, sacándome del letargo del reposo. Era el doctor Ruiz, su nombre en la pantalla un recordatorio de que algo avanzaba. Me incorporé con cuidado, el vientre pesado a los cinco meses, y contesté, mi voz saliendo firme.
—Doctor Ruiz, ¿ya hay noticias?
—Buenos días, señora Torres —dijo, su tono eficiente—. Sí. La moción está lista. Se entregará hoy mismo al señor Valdés y su equipo legal. Richard Montes recibirá la notificación formal por email certificado antes del mediodía. Incluye todo lo que discutimos: coacción emocional por el duelo de su madre, incumplimiento de estabilidad por la infidelidad, concepción natural invalidando la subrogación, y riesgo a las gemelas por estrés documentado.
Respiré hondo, el alivio lavándome un poco.
—¿Y ahora qué? ¿Debo hacer algo?
—Espere la respuesta. Tienen 48 horas para contestar. Si aceptan negociar, programamos una mediación virtual en una semana. Si no, audiencia en dos. Mantenga