Cuando llegué al aeropuerto solo podía pensar en las cosas que estaban pasando en mi vida, con mi madre, con… Leonardo.
Él estaba allí, estaba en Valtris.
¿Por qué? No solo se metía en mi vida, sino que forzaba la puerta. No es que esto no fuera lo que iba a ocurrir, sino que… él lo hacía a su manera, a su modo, con todas las prisas del mundo.
Eso molestaba.
Tenía que estar agradecida, pero solo estaba aterrada. Porque fui a pedir su ayudar, sabiendo lo que debería ofrecer: Mi vientre para su heredero.
Pero ahora que él ya estaba haciendo las cosas por su cuenta, no podría poner mis condiciones.
Era algo a lo que me negué, y algo que ahora haría por desesperación.
Durante todo el vuelo lloré en silencio, sabiendo la magnitud de mi decisión. Pero ya había hecho lo posible por conseguir dinero y esta quedaba como mi única opción. Y no solo la única, también la más rápida.
En el taxi saqué de mi bolso mi maquillaje y retoqué lo que pude, no porque deseaba verme hermosa para él, sino para