—¿Qué estás haciendo? —cuestionó Aidan cuando ingresé a la habitación.
—No es lo que querías, me dijiste que quería ser mi novio.
—Pero me interese que lo sepan tus padres, no ese imbécil.
En ese momento me di cuenta de que estaba perdiendo la cordura por la presencia de Damián, cada vez cometía locuras y no pensaba lo que decía o hacía.
—Lo lamento Aidan, no quería pero es que Damián me provoca.
—Nunca te había visto comportarte de esa manera, lo que me hace pensar que pasó algo entre ustedes, algo tan importante y que ambos no han olvidado.