Bell
Moría de la angustia, mi hija estaba en peligro y en estos momentos me imaginaba lo peor. Le pedí al conductor que me llevara a mi casa, aún tenía a mis otros hijos y también necesitaban mi protección. Le pedí al chofer que me esperara, iba a ir por los niños y tenerlos llevarlos a la casa de Dominic.
—¿Qué haces aquí? —cuestioné a Javier al verlo en mi casa, junto a los gemelos.
—Vine a buscarte, pero solo me encontré con Eva, salió porque iba por ti, por cierto ¿Dónde está?
—No puedo decirte, solo vengo por los niños… —quise pasar por su lado, pero se puso frente a mí.