—Lobo —susurró con palidez al verlo acercarse—. No quiero problemas.
—Entonces haz caso a su exigencia —replicó, para mi sorpresa—. No uses tus poderes en la humana y no habrá represalias.
Sentí su brazo envolverme con suavidad, colocándome tras de él. Posesivo, hermosamente posesivo. ¿Había estado escuchando la conversación? ¿Cómo es que no me había dado cuenta de su presencia?
—Es mi mate, puedo hacer con ella lo que me dé la gana.
—No —exclamé con voz amenazante—. Carol está bajo mi protección, no vas a hacerle nada. Si quieres estar con ella, adelante, pero aleja tus poderes.
—¿Tú protección? —río con ironía—. No eres nadie, mocosa.
—Soy el futuro alfa de la manada Wyrfell, y la mocosa como tú dices, es mía, así que, si no quieres problema con toda mi manada, te mantendrás al margen de sus exigencias. ¿Quedó claro?
Nathan utilizó su voz de alfa, haciendo que todo en mi cuerpo vibrara. No era que me gustara cuando lo usaba, pero mi cuerpo siempre reaccionaba ante su tono. Dios, era