Adriana Palacios es obligada por su padre a cas con el heredero de una de las familias más ricas de Nueva York, ella no tiene más remedio que aceptar a cambio de que su padre pague por la operación de su madre que padece cáncer de estómago, más Donovan Lombardi, obligado por su abuelo tuvo que abandonar a su novia, la única mujer que había amado pidiéndole que lo esperara, que apenas su abuelo partiera de este mundo él volvería a por ella, condenando a Adriana al mismo miserable y triste matrimonio.... ¿Adriana, quiero el divorcio? De acuerdo, envíame los papeles, yo te los firmaré, el CEO Lombardi echó de su vida a la mujer que llevaba en su vientre a sus herederos, ¿Qué pasará cuando Donovan, lo descubra y se de cuenta de su grave error?
Ler maisEsa noche el joven mafioso estuvo llamando y llamando a Violeta, le envió docenas de mensajes pero ninguno le fué respondido. Las cosas se estaban poniendo bastante complicadas. Degél aunque en sus mensajes era cariñoso y decía palabras como: Nena, por favor contesta, tenemos que hablar, o, la noticia me tomó por sorpresa y no reaccioné bien en ese momento, Dame la oportunidad de enmendar las cosas. Pero los mensajes no fueron siquiera leídos. A la mañana siguiente el mafioso fue a la mansión Alcántara a buscar a su chica. Sabía que su suegro estaba furioso. Pero estaba dispuesto a soportar el regaño y su enojo. — Quiero ver a la señorita Violeta, llámala por favor. — Lo siento jóven, la familia Alcántara salió de viaje fuera del país, solo que ellos no dijeron a dónde. — ¿Qué? Pero... ¡Yo necesito saber a qué parte del mundo salieron! — El mafioso salió de inmediato a ver a Andye. Quizás él sabia para donde había ido su familia. En la mansión de Andye y su esposa So
— Papá... suba... El pequeño Drago Ferreti Ferreira, miraba a su padre con esos grandes ojos azules, le alzaba los brazos para que lo cargara, el niño estaba llorón porque tenía sueño. El mafioso Isack Ferreti, dejó su portafolio para cargar a su hijo. — Ven aquí pequeño. ¿Qué pasa? Amelia salió de la cocina, había ido ahí para dar instrucciones para la cena. Ella se había casado hacía dos años ya con su amado mafioso. — Hola cielo, que bueno que ya estás en casa. Drago ha estado muy lloroncito, creo que está un poco mormado. — Ya veo, está muy consentido hoy. — ¡Buuuu...! — El niño seguía llorando. — Amelia, démosle unas gotitas de las que le recetó el pediatra, quizás le duela algo. — El padre mafioso se encargó de darle la medicina y de darle el biberón para que se durmiera. El hombre bajó después al comedor para cenar con su esposa. — ¿Se durmió? — Si, ya está profundamente dormido, creo que está noche debemos estar muy pendientes de él. Lo sentí un po
Cinco años pasaron. Los mellizos Lombardi llegaban de la escuela, y con ellos su hermana menor que estaba en el mismo colegio pero en el jardín de niños. — ¡Mamá, ya estamos en casa! Adriana los recibió como todos los días, más al ver al pequeño Doménico, se dió cuenta de que traía un morado en el ojo. — ¿Pero que fue lo que te pasó? ¡Mira nada más como vienes! — Ese fue un niño que le quitó una golosina a Isi, mamá. No podíamos permitir que se saliera con la suya. Nadie le roba a un Lombardi y se queda sin castigo. — Pero querido, era solo una golosina, no había necesidad de que pelearas. Espera aquí, traeré el botiquín de primeros auxilios. Mientras la hermosa madre corría a traer el botiquín, el CEO Lombardi llegaba como todos los días a comer con su familia. Ese era su momento sagrado. Siempre estaba al pendiente de la crianza de sus hijos y le gustaba preguntarles cómo les había ido en la escuela. Sobre todo a su nena, la cuidaba muchísimo. Pobre de quién se atrev
La vida se había encargado de unir a las parejas que estaban destinadas, y como el destino siempre llega, al mafioso Dante Ferreti le avisaban que habían atrapado a Baltazar Andrejo queriendo cruzar la frontera con México. Ahora estaba en camino a las bodegas que utilizaban para almacenar armas y mercancía. — Bien, los veo allá. — Al mafioso no se le olvidaba que por culpa de ese gusano su preciada hija había quedado en coma por un tiempo. Su esposa Carolina había llorado muchísimo de preocupación y dolor. Ese mafioso de quinta no tenía idea de lo que le esperaba. Menos de una hora después, Dante Ferreti llegaba a las bodegas. — Bienvenido señor — Los hombres respetaban a Alessandro como su jefe y líder actual de la mafia griega. Pero ver llegar al imponente hombre los hizo cuadrarse de inmediato — ¿Dónde está? — Preguntó a secas el mafioso. — Está atrás, lo Atamos a una silla, mientras lo esperábamos. Dante asintió y caminó hacia él lugar, fue entonces que lo vió. Balt
El ex mano derecha Jhonatan, vestía un traje gris oscuro combinado con una camisa negra y corbata del mismo color. Su presencia imponía, no por nada había sido uno de los mejores estrategas y uno de los asesinos más letales que había dado la mafia mexicana. El apuesto Nami seguía teniendo tan enamorado de él a Jonathan igual o más que desde que se conocieron, el atractivo egipcio quiso honrar su cultura y llevaba un traje de gala de combinado con la cultura occidental que le ajustaba perfecto a su privilegiado cuerpo de dios. En este día tan especial acompañaban a su hijo, Oliver no quería una boda tan opulenta pero que podía hacer contra el dominante de Axel, tuvo que darle gusto o se iba a poner arrecho y después tendría que soportar su drama. Axel ya se encontraba esperando al mafioso frente al juez y la mesa en donde se encontraban el acta que tendrían que firmar. Al llegar a él, Jhonatan dijo unas palabras. — Me alegra que hayas encontrado al amor de tu vida que te v
Amelia podía sentir como su piel se erizaba con la sola voz del mafioso. Estaba tan apuesto esa noche con ese traje negro, el cabello ligeramente desordenado y sus acostumbrados par de anillos en las manos, uno regalo de su abuelo Alessandro Ferreti y el otro regalo de su padre Alexander, con el que le dieron la bienvenida a la organización de mafia que lideraban. — No... No podía quedarme, papá se hubiese dado cuenta de que no llegué a dormir a casa y no te quiero contar como se habría puesto. — Hmmm... ¿Fué solo por eso? — Por supuesto, ¿Por qué más sería? — La transparente mirada de Amelia permitía a Isack leerla como un libro abierto. — Bueno, ven conmigo... — El joven Ferreti tomó de la mano a su chica y la llevó adentro. — Isack, ¿A donde me llevas? ¿Que sucede contigo? Para sorpresa de la jóven, ella fué llevada directamente con sus padres. Ellos por casualidad se encontraban reunidos con su tío Joshua y su esposa Ana Sofía, y sus padres. — Isack, ¿Qué está pa
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