Leonardo

"Estás equivocada." repetí, observando su pecho subir y bajar rápidamente bajo mi cuerpo.

"¿Cómo puedo estar equivocada? Tienes una relación con ella, no importa si es contrato o no." sus ojos me desafiaban, incluso cuando su cuerpo respondía a mi toque.

"Primero," rocé mis labios en su cuello, sintiéndola estremecerse, "Martina no me provoca ningún sentimiento más que repulsión."

"Pero..."

"Segundo," mi mano deslizó por su cintura, "Peter intentó usurpar tu identidad, obligándote a ser quien nunca fuiste. Esa imagen de ratoncita asustada no te queda."

"Leonardo..." su voz falló cuando mordisqueé su cuello.

"Y tercero," alcé el rostro para enfrentarla, "la única mujer que ha importado en toda esta historia está justo aquí, debajo de mí, intentando encontrar excusas para huir de nuevo."

"No estoy huyendo," protestó, pero sus manos ya subían por mi espalda. "Solo no quiero ser la otra."

"¿La otra?" no contuve la risa. "B, siempre has sido la única. ¿Por qué crees que nunca me c