62. Confrontación
Leonardo
La furia aún corría por mis venas, mezclada con una satisfacción sombría. Calton finalmente había mostrado su verdadero rostro, no para mí, que siempre supe quién era, sino para las cámaras de seguridad que registraron cada segundo de su explosión.
Él vino hasta mí, y no al revés. Simplemente cavó su propia tumba.
Los ojos de Amber no se despegaban de la mancha roja en mi camisa. El miedo en su mirada me llevó tres años atrás, al día en que simplemente desapareció. En ese momento, prometí que si la encontraba, la haría pagar por todo lo que me había hecho perder. Pero ahora, al ver que nada de aquello fue intencional y que el plan iba mucho más allá de lo que imaginaba, solo quería protegerla.
Antes de que pudiera tranquilizarla, sus dedos ya trabajaban en los botones de mi camisa, apartando la tela con urgencia. Intenté no mostrar dolor cuando el tejido rozó la herida.
Cuando vio el corte, algo en su mirada me partió por dentro. Era culpa, era dolor, sentimientos que no quer