El acuerdo imposible
La lluvia golpeaba el tejado del refugio en las afueras de Oxford, un murmullo constante que no lograba apagar la tensión que vibraba en el aire. Sophie estaba en la sala principal, mirando a los trillizos mientras jugaban con bloques bajo la vigilancia de Gertrude. Liam apilaba los bloques sin tocarlos, sus ojos concentrados, mientras Noah y Alex resolvían un rompecabezas digital con una velocidad que desafiaba su edad. Las habilidades de los niños, cada vez más evidentes, eran una prueba de las manipulaciones del Proyecto Génesis, pero también un recordatorio de que La Cúpula los quería. El USB de Dalia, con los datos del laboratorio de Zurich, descansaba en el bolsillo de Sophie, un peso que no podía ignorar tras haber activado la base de datos de La Cúpula. Logan, sentado en un rincón, revisaba su teléfono con una expresión sombría, sus manos temblando ligeramente. Sus lapsos de memoria y las voces en sus sueños lo estaban desgastando, y Sophie, a pesar de su