CAPÍTULO 25
Por la mañana el conductor llevo a Connor al aeropuerto y después de registrarse, entro a una cafetería. Levanto el café y tomo un sorbo, no parecía importarle, pero en cuanto se sentó, saco su celular y llamo a Juliette, pero la llamada no se conectó.
Volvió a intentarlo y finalmente hubo respuesta.
―Hola ―respondió ella todavía somnolienta.
―¿Juliette?
Al escuchar la voz de Connor ella pareció salir de su ensoñación y se irguió en el sofá. Apretó el teléfono y recordó que por su culpa había pasado la noche en la sala de espera.
―¿Ya llego?
―Tú… ¿Estás en el aeropuerto?
―¿Y dónde más? No iba a tomar un taxi de regreso, ¿o sí? ¿Tiene idea de cuanto es la tarifa?
De repente, Connor se sintió mal por ella y descubrió que había sido un tonto, sus celos lo llevaron a hacer cosas estúpidas.
―Yo…
―¿Cómo está, Madison?
―¿Ella?
―Sí, dijo que había cambiado la hora de la reunión. Imagino que volvió a su casa.
―En realidad no, me quede en la oficina.
Juliette resoplo.