Capítulo ciento tres: No te daré el divorcio
Praxis analizó por un segundo la situación pidiendole a su chófer que se detuviera un instante antes de llegar.
No quería ponerse frente a ella tan rápido. Primero tenía que calmar su corazón porque nada más verla saltaría encima suyo para besarla y eso no era algo que pensaba que ella pudiera aceptar. Por algo se había ido y mentido. Las cosas por mucho que hubiesen pasado seis días, no podían haber cambiado tanto.
Praxis tenía que ser inteligente, observar bien el comportamiento de su esposa y luego encontrar la manera de engañar a quien sea que estuviera detrás de lo que había hecho ella para ganar tiempo y poder encontrarla. Si en seis días no habian podido dar con ella muy fácil no sería.
De repente una idea surcó su enloquecida mente y sacó el móvil para hacer una llamada
—Faustorini —el piloto respondió al segundo tono —. Necesito que hagas algo y con máxima discreción y urgencia.
—Le escucho, señor.
El piloto de su helicóptero es