Alana entró corriendo en la mansión de los Alphas, su corazón bombeaba con fuerza y con una mezcla de emociones contradictorias, que le costaba comprender, por un lado, estaba eufórica por el beso que le había robado a Osiel, y eso la hacía suspirar, su primer beso, uno por gusto, uno que ella dio, y de a momentos sentía que se desmallaría, la sensación de sus labios en los suyos todavía la hacía sentir mareada, aunque fue efímero, para Alana fue lo más osado que había hecho en su vida, se sentía como si estuviera flotando en una nube de felicidad.
Pero por otro lado, estaba enojada, más que enojada, no solo por ese estúpido beso, también recordaba la noche anterior, cuando había defendido a Edur sin pensarlo dos veces, ¿Por qué no solo dijo que le costaba estar cerca de él porque la había forzado en el establo?, Tal vez por vergüenza, aunque en el fondo sabía que no deseaba ver como sus hermanos lo despedazaban, porque aun siendo lobos, tenían leyes, reglas y el abuso sexual no estab