capitulo 66

El sol ya se había ocultado cuando Lautaro empujó la puerta del hospital y se dirigió directo a la habitación donde estaba internada Agustina. Llevaba una mochila colgada y el corazón agitado, no tanto por la caminata, sino por la mezcla de emociones. Mañana se iría a representar a todo un país, pero antes debía verla a ella.

Agustina estaba sentada en la cama, con el suero todavía conectado a su brazo, pero se la notaba mejor. Apenas lo vio, esbozó una sonrisa cansada.

—Sabía que ibas a venir —dijo en voz baja.

—No podía irme sin verte —respondió Lautaro, acercándose.

Se sentó a su lado y le acarició suavemente la mano.

—¿Cómo estás?

—Mejor. Cansada, pero viva —dijo ella con una sonrisa triste.

—Fuiste valiente, Agustina. Gracias por todo lo que hiciste.

—No lo hice por vos… bueno, sí, también. Pero lo hice porque no podía seguir callada. Ya no.

Lautaro bajó la mirada.

—Voy a volver. Lo prometo. No sé cómo, ni cuándo, pero cuando vuelva quiero que estés bien… quiero que sigamos habla
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP