Había pasado una semana desde que nos habíamos encontrados todos en la casa junto a la mía, y las cosas iban de maravilla —extrañamente—.
Carla y Jace estaban de lo más acaramelados —asqueroso—, Ari seguía siendo como siempre: un alma oscura; mientras que Jed y yo estábamos bien. No habíamos vuelto a pelear, excepto por un día que nos pusimos a jugar videojuegos y me había ganado, entonces yo le había lanzado un zapato.
Sí… no estoy orgullosa de ello, pero es que él hizo trampa.
Era sábado, y yo ya estaba despierta a las nueve de la mañana; todo un logro. Ese día habíamos hecho planes todos juntos para salir y pasar el día en grupo. No es como que tuviéramos nada más interesante que hacer tampoco.
Justo cuando me estaba poniendo mis tenis de color blanco, mi celular sonó, in