Estaba sumida en un profundo sueño, cuando sentí que alguien me movía suavemente de un lado a otro.
— Chucky, despierta— escuché susurrar a Jed.
Solté un gemido de pereza y me removí por el colchón pesadamente. Abrí los ojos lentamente y con lo primero que chocaron mis ojos fue con la expresión divertida del chico a mi lado.
— Espero que tengas una muy buena explicación para despertarme a las…— me giré y agarré mi celular de la mesita de noche—. ¿Seis de la mañana?— lo miré con el ceño fruncido.
— Es mejor que te despierte tu novio sexy e irresistible— se señaló a sí mismo. Puse los ojos en blanco—; que los gritos de emoción de las dos desquiciadas que te cargas como mejores amigas.
Fruncí el ceño, confundida, y algo adormilada también.
— ¿De qué hablas?— inquirí, incorporándome, apoyada sobre un codo.
— Hace un momento fui al baño, y las escuché charlando— ladeó la cabeza—. Bueno, escuché a Carla llamando inútil a Jace— repuso.
Solté una risotada.
— Un clásico— apostillé.
El castaño