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Lo que nos cuentan las estrellas

Lo que nos cuentan las estrellasES

Adolescente
Belkis Torres  En proceso
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31Capítulos
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Resumen
Índice

Sinopsis

Novela ligeraJuventudAdolescenteBadboyCrecimientoAmor Juvenil

Jade Reeve siempre se ha mantenido alejada de las fiestas, el y todo lo que pueda tener una conexión con la palabra 'problemas'. Todo hasta que una noche, bajo la influencia de este, comete uno de los errores más grandes de su vida. Ahora tendrá que lidiar con el hecho de haberle confesado todo lo que siente a su amor de la infancia. ¿Jade siempre ha estado enamorada sola? ¿Acaso hay algo más?

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Lo que nos cuentan las estrellas Novelas Online Descarga gratuita de PDF

Último capítulo

  • Capítulo 30:

    Rubia. Metro ochenta —cinco centímetros más que yo—. Cuerpo perfectamente esculpido. Piel blanca impoluta. Ojos verde intenso —una vez más maldije a todo lo que se podía maldecir en el universo por no haber heredado esa tonalidad—. Cejas depiladas en una forma que resaltaba sus rasgos angelicales. Y labios finos.Para los que piensen que ya me volví loca —por cierto, no están del todo equivocados—, esa era mi prima: Cristina. Ya lo sé, una versión moderna de Afrodita digna de envidiar. Yo siempre lo había hecho, claro, no tenía esos celos malos que deseaban mal, simplemente me pregunté más de una vez por qué habíamos algunos menos agraciados que otros.— Hola, primita— saludó ella, sacándome de mi ensoñación—. ¿No me vas a saludar?— preguntó con una expresión de pura diversión danzando en su rostro.Me reí, nerviosa, mientras avanzaba hasta ella para darle un corto abrazo a manera de saludo.No fue una muestra de cariño muy real ni muy cómoda tampoco. Cristina y yo nunca habíamos sido

  • Capítulo 29:

    — ¡Jared Thompson! ¡Dime ahora mismo dónde está mi bote de champú!Mis gritos resonaban por todo el piso, mientras caminaba pasillo arriba, rumbo a la sala de estar. Una toalla envolvía mi cuerpo e iba descalza, pisando con molestia a la pobre alfombra que no tenía la culpa de que yo tuviera el novio que tenía.Déjenme ponerlos al corriente con respecto a lo que había sucedido últimamente.Ya había pasado una semana entera desde que me mudé con Jed. Las cosas entre nosotros no podían ir mejor, incluso, en ese poco tiempo, se había creado una clase de rutina. Cada mañana yo me levantaba de primera, mientras que él se quedaba durmiendo los diez minutos que me tardaba en hacer el desayuno, después de eso desayunábamos juntos. Yo limpiaba la cocina mientras que Jed se arreglaba para el día, y luego yo me daba una ducha y los dos nos íbamos del edificio. Obviamente Jared se alejaba más porque primero me llevaba al instituto, así que salía del campus para luego regresar. Yo le había insisti

  • Capítulo 28:

    Me pasé una mano por el pelo con la intención de acomodarlo un poco, a la vez que iba rumbo a la pequeña cocina del apartamento de Jed.La noche anterior me había llevado ahí para que pudiera dormir tranquila, lejos de todo lo que estaba aconteciendo en esos momentos con el repentino regreso de mi padre, en casa. Nunca había pisado ese lugar, pero la verdad es que me lo imaginaba mucho más desordenado y sucio, como una asume que será el piso de un universitario de veintiún años. Pero nada más lejos de la realidad.El sitio contaba con una sala de estar bastante amplia, contigua había una cocina con un área que ocupaba una mesa de madera para cuatro personas. Incluso había una barra que separaba las encimeras del resto de la estancia; bastante parecido a la cocina de mi propia casa. A la derecha de la cocina, se habría un pasillo, en el que se encontraban un baño y una habitación, y al final de este, en la pared del fondo, había una puerta hecha de cristal que daba acceso a una terraza

  • Capítulo 27:

    — ¿Papá?— repetí, demasiado confundida.Al tiempo, el hombre que se encontraba sentado en los escalones del porche de mi casa, se puso de pie, dejando ver su complexión fuerte y su altura.— Hola, hijo— me miró—. Hija mía— dijo, asintiendo en mi dirección como saludo. Sentía que todo a mí alrededor comenzaba a dar vueltas sin detenerse.Eso no podía estar pasando. Ese hombre no podía ser mi padre, y lo más importante: si lo era, ¿por qué tenía que conocerlo de esa manera. Nunca conocí a mi padre, todo porque él nos abandonó, así que, ahora que lo pienso, pude haberlo visto muchas veces en la calle, sin poder reconocerlo.¿Qué demonios estaba pasando?— ¿Qué… qué está pasando aquí?— inquirí, mirándolos a ambos.El hombre, mi supuesto padre, soltó un largo suspiro y me miró de una manera extraña. Era una combinación entre sorpresa y consternación. De verdad estaba muy perdida en ese momento.— Creo que deberíamos charlar dentro— dijo él, señalando la casa a su espalda. Miré a mi hermano

  • Capítulo 26:

    Una larga fila de coches estaba formada delante de la enorme casa de fraternidad, la cual tenía el jardín delantero completamente adornado por algunos farolillos chinos. Pasamos alrededor de cinco minutos dándole la vuelta a la manzana para encontrar un sitio en el que aparcar, y justo cuando creí que no podríamos, un grupo de chicos salió corriendo con uno de ellos cargado por los demás.Se lo llevaban al hospital porque el muchacho había caído en un coma etílico.No es que yo me alegre de las desgracias de los demás, pero gracias a eso terminó nuestra vuelta a la cuadra y pudimos entrar.En el jardín habían muchos —en serio, muchos— grupos de jóvenes con bebidas en las manos, algunos charlando y otros bailando con la música que salía del interior de la casa, la que se escuchaba perfectamente ahí fuera, gracias al alto volumen de esta. Los cinco bajamos del vehículo, y nos encaminamos hacia la vivienda, por el camino de piedra que se encontraba bordeado de césped perfectamente cortad

  • Capítulo 25:

    Estaba sumida en un profundo sueño, cuando sentí que alguien me movía suavemente de un lado a otro.— Chucky, despierta— escuché susurrar a Jed.Solté un gemido de pereza y me removí por el colchón pesadamente. Abrí los ojos lentamente y con lo primero que chocaron mis ojos fue con la expresión divertida del chico a mi lado.— Espero que tengas una muy buena explicación para despertarme a las…— me giré y agarré mi celular de la mesita de noche—. ¿Seis de la mañana?— lo miré con el ceño fruncido.— Es mejor que te despierte tu novio sexy e irresistible— se señaló a sí mismo. Puse los ojos en blanco—; que los gritos de emoción de las dos desquiciadas que te cargas como mejores amigas.Fruncí el ceño, confundida, y algo adormilada también.— ¿De qué hablas?— inquirí, incorporándome, apoyada sobre un codo.— Hace un momento fui al baño, y las escuché charlando— ladeó la cabeza—. Bueno, escuché a Carla llamando inútil a Jace— repuso.Solté una risotada.— Un clásico— apostillé.El castaño

  • Capítulo 24:

    Los días pasaron, y luego se convirtieron en semanas, hasta que, de un momento a otro, ya estábamos cerca de los exámenes de final de semestre. El viernes nos informaron en la escuela, que los días después del quince de diciembre, estarían dedicados a las pruebas, así que, como era de esperarse, se desató cierto revuelo entre mis compañeros de clases.No éramos sólo Ari, Carla y yo; mi hermano mayor y mi novio también comenzarían a hacer exámenes para entrar en las vacaciones de Navidad. Ninguno tenía tiempo para muchas cosas, en los primeros días ni siquiera veía mucho a Jared, ya solamente teníamos tiempo para hablar por teléfono cuando terminábamos de estudiar, pero no para mucho más.De un momento a otro, mi casa se convirtió en una vivienda compartida. Ari y Carla se quedaban hasta tarde conmigo, mientras que él y Jace se reunían ahí para estudiar también. Después de que pasáramos la primera noche todos juntos, decidimos que lo mejor era que mis amigas y mi novio se quedaran en c

  • Capítulo 23:

    No debo tomar represalias contra los demás. No debo tomar represalias contra los demás. No debo tomar represalias contra los demás.Solté un suspiro de puro cansancio cuando terminé la décima hoja repitiendo la misma frase una y otra vez.A que no adivinan dónde estábamos Ari, Carla y yo.Exactamente, castigadas gracias a la maldita venganza de Ariette. Sí, era Ariette, porque gracias a ella y a sus planes, llevábamos cuatro días yendo a la escuela de Nick, donde teníamos que pasar tres horas y media en detención, haciendo la actividad que al director de ese instituto se le ocurriera.Oh, sí. Él mismo se aseguraba de que pasáramos la hora de castigo muy bien entretenidas —tose, explotadas, tose—, así que, sí, mis ganas de lanzarme por la ventana se las debía a ese hombre.Qué adorable sujeto —nótese el sarcasmo.Ese día, el viernes y último día de detención, gracias a Dios; las cosas estaban como los anteriores: él había entrado burlándose de nosotras, y después nos había asignado com

  • Capítulo 22:

    Me dejé caer en el sofá junto a Jed, quien solamente levantó la vista de su libro por unos segundos en los que me dedicó una pequeña sonrisa.Estábamos en el salón de mi casa, y él estaba extrañamente centrado en uno de los libros de la universidad. La verdad, no tenía idea del por qué había ido a estudiar a mi casa, pero tampoco era como que me iba a quejar ni nada. Amaba tenerlo ahí todo el tiempo. No lo sé, sentía que el lugar no estaba tan desolado cuando estaba ahí, aunque ni siquiera dijera una palabra.Me le quedé mirando, con una sonrisa de boca cerrada. Volvió sus ojos en mi dirección cuando sintió el peso de mi mirada.— ¿Qué pasa?— preguntó con voz suave y el ceño fruncido.— ¿Sabes que eres el mejor novio del mundo?— dije en vez de responder a su pregunta.El castaño cerró el libro y lo puso a su lado en el asiento, a su lado. Cruzó los brazos sobre su pecho y me miró con una ceja enarcada.— Vale, estás actuando más raro que de costumbre— apostilló.Decidí darle la vuelta

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S.T Rivero
Es buena, espero la lean más personas.
2021-11-13 01:34:45
3
31 chapters
Prólogo:
Lo que nos cuentan las estrellas/Belkis Torres
¿Qué pasa cuando una noche haces algo realmente estúpido? Ya sé, la primera respuesta que se te ocurriría si alguien te hiciera esa pregunta, sería algo equilibrado y lógico como: buscar una solución para el problema que haya causado.Pero, es que ese eres tú, yo soy un desastre andante en todos los sentidos, y claramente, tenía que serlo en esto también.Siempre me había gustado mantenerme alejada de las fiestas, el alcohol, y todo lo que pudiese tener una conexión directa con la palabra 'problemas'; pero claro, eso me duró hasta cierto día nada más.Es verdad eso de que las cosas fáciles jamás han hecho historia pero, ¿no podía tocarme un nivel de dificultad más bajo? Créanme cuando digo que todo lo que van a leer aquí es muy loco.'¿Y si dejas de quejarte y les cuentas de una vez lo que pasó?'Conciencia, podrías callarte.'No quiero. Mira, lalalalalalalala...'Óbvienla, estará de metiche todo el tiempo.Como sea, yo me llamo Jade,
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Capítulo 1:
Lo que nos cuentan las estrellas/Belkis Torres
Mi cuerpo chocó contra otro por tercera vez en menos de un minuto.Resoplé sonoramente, aunque nadie se enteró de eso porque la música del local resonaba con fuerza.— Voy a matar al próximo que se me arrime por detrás— dijo Carla, una de mis mejores amigas, por encima de la música.— La que sientes que se te arrima soy yo— explicó Ari, detrás de ella. A duras penas podía escucharlas—. Es que a mí sí se me están pegando.Rodé los ojos y seguí caminando esquivando a la gente, con la esperanza de llegar a la barra sin quedar embarazada en el proceso. Oh, sí, el ambiente estaba muy acalorado por aquí.— ¡Al fin!— exclamé con alivio cuando me senté en uno de los taburetes de la barra.— Ahora me pregunto— comenzó a decir Carla, sentándose a mi derecha—. ¿De quién fue la idea de salir de fiesta?Ariette —Ari— a mi izquierda soltó una carcajada.— Jade, adivina el personaje— adoptó una voz muy fina—. Chicas, por Dios, tenemos dieciocho años
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Capítulo 2:
Lo que nos cuentan las estrellas/Belkis Torres
Todo el mundo se crea películas de cómo le gustaría que fuera su vida. Ya sea antes de dormir, en el trabajo mientras finges que escuchas a tu jefe, o esperando a que llegue el metro a tu estación. Pero todos tendemos a fantasear con las cosas que queremos.Yo me había pasado años fantaseando con el momento en el que hablara con Jed acerca de mis sentimientos. Y no, nunca me imaginé una cama con pétalos de rosa, para nada. Pero sí algo más… menos… vaya, una situación en la que no quisiera que la tierra se abriera y me tragase.Aquí estaba él, delante de mí al otro lado de la puerta, observándome como si me acabaran de salir dos cabezas.Su cabello castaño claro pareciendo rubio con la luz amarillenta del sol del mediodía, sus ojos azules, sus cejas pobladas y sus labios gruesos. Jed no era uno de estos chicos extremadamente musculosos, pero sí era de una complexión bastante fuerte dentro de su delgadez.— ¿Me vas a explicar qué es todo esto, Jade?— inquirió,
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Capítulo 3:
Lo que nos cuentan las estrellas/Belkis Torres
Un olor dulce llenó mis fosas nasales cuando bajé el último peldaño de las escaleras. No necesitaba mirar.Tortitas. La mejor comida del universo, después de la pizza, claro.Caminé alegremente hasta la cocina —casi dando saltitos— y me apoyé en la isleta de esta con una amplia sonrisa.— ¡Buenos días, querido abuelo!— exclamé.Mi abuelo, que estaba muy concentrado en su tarea, dio un respingo y se giró hacia mi con los ojos muy abiertos.— Niña, por Dios, no me des esos sustos que yo ya tengo una edad— reprendió y solté una carcajada—. ¿Estás bien? Te veo muy sonriente— comentó, volviéndose hacia la estufa para seguir cocinando.Mejor no interrumpirlo, así las tortitas estarían más rápido.— ¿Desde cuando las personas que sonríen no están bien?— enarqué una ceja a pesar de que no me estaba mirando.— No lo sé— vi que se encogió de hombros—. Como anoche tuviste puesta música triste hasta las dos de la madrugada, y te oí ahogar tus soll
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Capítulo 4:
Lo que nos cuentan las estrellas/Belkis Torres
¿De quién fue la terrible idea de inventar la escuela?, no lo sé, pero lo maldigo cada día de mi vida.Alguien me pinchó con algo en la espalda, haciendo que diera un respingo en mi asiento. Rápidamente miré hacia adelante para asegurarme de que la señorita Morgan no se hubiese dado cuenta.— ¿Qué?— inquirí, girándome ligeramente.Carla y Ari me miraron con el ceño fruncido.— Que estás prestándole atención a todo menos a la clase, Jade— me riñó la castaña.Sí, las cosas estaban como siempre con ella. Nada que una tarta de mi abuelo no pudiera arreglar.— Porque esta clase es horriblemente aburrida— puse los ojos en blanco.Dios, llevábamos media hora dando Historia, y yo quería lanzarme por una ventana. No, no era una gran fan de la escuela. Pero, ¿quién lo era de todas formas?— Sí, pero de ella depende la mitad de tu nota del semestre— me recordó Ari—. Así que deja de pensar en las musarañas, por favor.Carla esboz
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Capítulo 5:
Lo que nos cuentan las estrellas/Belkis Torres
Resoplé, tirando sobre la cama el vestido que me acababa de quitar.— ¿Cómo es posible que no me quede nada bien?— me quejé.Imité a Carla y me dejé caer en la cama dramáticamente.Había pasado toda una semana desde la última vez que había visto a Jed. La verdad, no tenía idea de lo que ocurría, porque él jamás pasaba tanto tiempo sin que pasara por casa. No había querido preguntarle a Jace, porque se iba a burlar de mí, como siempre, y lo primero que asumí fue que no era nada grave, porque mi hermano no estaba inquieto o preocupado.— La pregunta es: ¿cómo es posible que a mí todo me quede tan bien?— dijo Carla, mirándose en el espejo—. Vale, me gusta como se ve todo. No me puedo decidir.— Es que la belleza es algo que se lleva en la sangre, querida Carla— suspiré.— En la sangre sí. En la cara, a veces no— comentó Ari, señalando a nuestra mejor amiga con un movimiento de cabeza.Sonreí ligeramente mirando a la castaña.No sabía de q
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Capítulo 6:
Lo que nos cuentan las estrellas/Belkis Torres
Me abracé a mí misma, pero no dejé de caminar. Maldije por lo bajo.Por mucho que me molestara seguir, no me detendría hasta llegar a mi casa. Lo único que quería era darme una ducha caliente y meterme en la cama hasta que Cristo bajara a decirme que era suficiente. Me lo merecía. Tenía el derecho a hacerlo.El chico del que llevaba enamorada la vida entera acababa de romperme el corazón por completo.En ese momento pasó lo último que me faltaba para completar la noche: comenzó a llover. Y no un par de gotas, no, un señor aguacero.Pero, ¡si ni siquiera estaba nublado!Miré hacia arriba, dedicándole una mirada de odio al cielo. Solamente habían pasado unos segundos y ya estaba completamente empapada. Perfecto. Sencillamente perfecto.Solté un suspiro sonoro y seguí avanzando. Ya estaba calada hasta los huesos, así que no había mucho por hacer.Por segunda vez en la noche, una mano se aferró a mi brazo, haciendo que diera un respingo, porque
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Capítulo 7:
Lo que nos cuentan las estrellas/Belkis Torres
Gris.Esa era la palabra que se ajustaba a mi estado de ánimo en los días siguientes al cumpleaños de Carla, y lo mejor de todo era que nadie podía culparme.Otro estornudo salió a toda velocidad, haciéndome cerrar los ojos con fuerza, y lastimando mi garganta todavía más de lo que estaba.Sorpresa, también estaba enferma. Bueno, era lo más lógico, teniendo en cuenta que regresé a casa esa noche con una fina lluvia cayéndome encima. No habían pasado ni dos horas, y ya tenía la nariz roja y una fiebre de casi cuarenta grados.Unos suaves toques en la puerta hicieron que desviara la atención hacia ahí.— Adelante— concedí con voz ronca.Parecía un hombre hablando, toda ronca y grave.Mis mejores amigas entraron dando saltitos de alegría y con enormes sonrisas en la cara. No habían podido venir a verme antes porque justo estaban dando algunos repasos en la escuela para las actividades evaluativas que hacían cada final de semana. Yo llevaba los
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Capítulo 8:
Lo que nos cuentan las estrellas/Belkis Torres
«Jed Thompson»Di una última vuelta y giré el rostro para mirar la puerta de la casa de los Reeve. Solté un suspiro frustrado.Ni siquiera sabía por qué estaba ahí. El día en el que Jade se había puesto mala y la habían llevado al hospital, me dijo por lo claro que no quería que la molestara más, y yo la entendía; la había cagado el día del cumpleaños de su amiga Carla. ¿Cómo pude ser tan capullo con ella? O mejor, si ya sabía que Jade no quería volver a verme, ¿por qué estaba dando vueltas delante de su puerta?Me pasé la mano por la cara, intentando despejar un poco mi mente; aclarar el remolino que había formado dentro de mi cabeza, pero nada.No entendía lo que me estaba pasando últimamente con ella, pero ese día, cuando Evan llamó a Jace para decirle que la habían llevado al hospital, me preocupé de sobremanera.'Yo sí sé lo que te pasa —guiño, guiño.'Puse los ojos en blanco.'Venga, Jed, deja de ser tan cobarde y llama.'Volví a
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Capítulo 9:
Lo que nos cuentan las estrellas/Belkis Torres
Jed me estaba besando.Jed-me-estaba-besando.¡JED ME ESTABA BESANDO!¡AAAAAAAHHHHHHH!Lo sé, querida Conciencia. Te comprendo.No entendía nada. ¿Cómo era que hacía menos de una hora yo estuviera hablándole mal en la sala de estar de mi casa, y después ahí, besándonos frente al lago! Es que cuando pasaban esas cosas muy de repente, me perdía.Me separé de él cuando salí del shock.No mentiría, estaba emocionada. Joder, podía correr una maratón completita sin cansarme, pero aún así, eso no estaba bien. Me había hecho una promesa a mí misma antes de salir de mí casa con él, y era que no volvería a caer. No podía, por mucho que me repitiera una y otra vez que después de todo lo que había hecho —más bien, intentado hacer— para disculparse, las cosas cambiarían, pero igual… no se sentía bien.Yo no sentía que eso fuera lo correcto.Llámenme estrecha, orgullosa, o lo que quieran, pero la vida no funcionaba así. Cuando una persona le h
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