Capítulo 88. La vida da muchas vueltas.
Francesco vio cómo su padre se ponía blanco, como si la sangre se le hubiera ido de la cara. Sin pensarlo dos veces, soltó el brazo de Catalina y se lanzó hacia él, justo a tiempo para sujetarlo antes de que se desplomara por completo al suelo.
—¿Qué significa todo esto? —preguntó Francesco con una voz muy baja, casi un susurro, pero llena de una furia que asustaba.
Mantuvo a su padre en sus brazos, mirándolo con preocupación, antes de levantar la vista hacia la figura que había causado tal impacto.
Giovanni su hermano, con una sonrisa que no llegaba a sus ojos, dio unos pasos lentos y seguros. Se detuvo justo enfrente de Ricardo, que seguía pálido y con la respiración entrecortada.
—Pensé que te daría gusto volver a verme, Francesco —dijo Giovanni, con un tono que parecía inocente, pero que escondía algo más. Sus ojos se fijaron en Francesco, ignorando por completo a Ricardo por un momento—. Ha pasado mucho tiempo, ¿no crees? ¿No me vas a dar la bienvenida?
Francesco apretó los dient