Luego de ver a Samantha no podía dejar de pensar en ella y en esa tristeza que la arropaba. No había confiado en mí, pero el solo hecho de haberla acompañado en ese momento, sabía que era importante para ella; y más para mí.
Sin embargo, el sobre blanco del laboratorio y la mirada preocupada de Alicia esperando que lo abriera, era lo que en ese momento se robaba mi completa atención. Observé el sobre sin parpadear y por mi mente pasó la gran posibilidad de que se tratara de un resultado positivo.
Sentí miedo, rechazo, deseos de alejarme; no estaba preparado para tener un hijo y mucho menos con Alicia. Mantuve mi mirada fija en el sobre un par de segundos y Louise salió de la habitación de mi hermana; evidentemente perturbado y triste.
Lo observé en silencio y aunque tenía entre mis manos la posibilidad de cambiar mi vida entera, mi atención se fue hacia él.
―¿Cómo está Adriana?
―Aún esta dormida. Estará así hasta mañana. Le dieron un sedante.
―¿Por qué no me contaste lo que estaba pas