Mundo ficciónIniciar sesiónALFA RHYDAN
No podía respirar.
El silencio de la cabaña era una tortura, cada respiración mía sonaba como un rugido contenido.Kyros estaba ahí, dentro de mí, inquieto, caminando en círculos, gruñendo.«No puedes rendirte, Rhyd. Ella es nuestra. Nuestra hembra. Nuestro todo, por qué quieres volver a la manada y entregarla tan fácilmente a ese macho.»
Negué con la cabeza, apretando los puños.
—No, Kyros… ella merece algo más. Una familia completa. Un vínculo que le permita ser madre. Nosotros no podemos darle eso.«¿Y qué? ¿Vas a dejarla por eso?»
—Yo la amo, Kyros y quiero verla feliz.
«Y yo también. Por eso no quiero perderla, podemos hacerla feliz, no podemos dejarla ir»—Sí, si eso significa pensar en s







