Jugando con fuego (2da. Parte)
La misma noche
New York
Alan
Miles de veces pasamos por encrucijadas en la vida, y el verdadero dilema no es simplemente elegir, sino hacerlo sin sentir que uno se está echando la soga al cuello… o que pierde una parte de sí en el proceso. Es complicado. Frustrante. A veces, francamente desesperanzador. Y sin embargo, casi siempre decidimos empujados por las circunstancias, como si la urgencia hablara más fuerte que la conciencia.
Algunos lo hacen sin remordimientos, como quien prende fuego a los puentes sin mirar atrás. Otros se consuelan pensando que, si algo sale mal, habrá tiempo para arreglarlo después, como si el futuro fuera una promesa y no una apuesta. Y están los más temerarios, los que creen que pueden sostenerlo todo al mismo tiempo, caminar por dos caminos opuestos sin desgarrarse, como si no costara nada mantenerse entero mientras se desdoblan.
Pero lo cierto es que nadie sale ileso. Elegir siempre implica perder algo. La diferencia está en reconocer qué estamos dispuest