Angélica
Desde la conversación con Maco no dejaba de darle vueltas y vueltas a lo mismo. Mis padres, aunque sean los causantes de mi desdicha de manera indirecta, porque ellos no lo saben, a lo mejor mamá lo intuye. Ya que esa mirada, cuando nos pilló en la habitación la noche, cuando le dije lo del embarazo… No debería de culparlos.
O tal vez si era muy egoísta… — Tanto que los culpaba por algo que era solo mi responsabilidad. Si no me hubiera embarazado, me habría quedado en Colombia y no los hiciera pasar por esta incertidumbre—. Muy seguro terminaré haciendo lo de mi madre; algo que detesté tanto en la historia de la relación de mis padres, pero aquí me encontraba, haciendo lo mismo.
Por eso no se debe juzgar sin ponerte en sus zapatos. Fueron motivos diferentes, pero el mismo acto… ocultarle a un padre la existencia de un hijo. Ejecutaré el mismo acto. —acaricié mi vientre—. Pero Maco tenía razón, ¿quién soy yo para darles esa carga de angustia, cuando era la única culpable?
Miré