Lyra

​La mano de Dorian sobre la mía se sentía cálida, pero extrañamente vacía. La furia de Kael en el balcón era un veneno que me estaba dando fuerza decirle la verdad a Dorian era imposible, pero el juego era irresistible.

​— Dorian, no sé qué decir —respondí, mi voz era un susurro que sonaba más como admiración de lo que realmente sentía—. Me siento muy halagada por su propuesta lo que pasó con mi... con mi Mate, fue muy reciente y no es fácil.

​Él me miró con compasión, pero también con una ambición palpable.

— Lo sé, Lyra y la entiendo, no espero una respuesta inmediata pero quiero que sepa que la esperaré, sé que no es fácil pero usted merece mucho más que el dolor que la trajo aquí.

​Me dio una sonrisa perfecta y tomó mi mano con más firmeza. — ¿Me concedería esta pieza?—

​Era música lenta y clásica, la banda de la manada tocando melodías formales para este tipo de eventos de alto calibre, acepté.

Me llevó al centro de la pista de baile improvisada.

​Me moví con la elegancia