Mundo ficciónIniciar sesiónLyra
Me desperté con el sol de la mañana filtrándose por la ventana de piedra, sintiendo que un ejército de lobos había decidido acampar en mi cráneo el frío de la habitación, sin embargo, era menos cortante que el vacío y la humillación que sentía al recordar la noche anterior no podía quedarme encerrada, si iba a recuperar mi hogar y vengar a mis trillizos, necesitaba entender dónde estaba y quién era mi captor. Me puse la ropa andrajosa —los únicos ropajes que poseía— y salí al pasillo. La fortaleza de Sombra de Acero era inmensa mientras exploraba me di cuenta de lo atrasada que estaba mi vieja manada, este lugar no era solo grande era moderno, los pasillos de piedra estaban impecablemente limpios, iluminados con una luz eficiente y cada área estaba definida salas de entrenamiento con equipos avanzados, cocinas gigantes, no era un nido era una máquina militar. Sentí una punzada de respeto y la dura verdad de mi desventaja Llegué a un patio interior donde varias lobas estaban sentadas, me sentía como un animal salvaje que se había colado en un jardín, todas me miraron con curiosidad o extrañeza. Fue allí donde se me acercó una mujer, era de mediana edad, con el cabello castaño recogido y ojos de un tono ámbar amable, ella me sonrió con una calidez genuina que no había visto desde que mi madre murió. — Buenos días, querida debes ser la recién llegada —dijo, su voz suave—. Soy Jazmin, es bueno verte despierta. Mi guardia estaba alta pero mi necesidad de información era mayor. — Sí. Solo Lyra —respondí, manteniendo la versión de Kael no revelaría mi estirpe. — Ha sido un tiempo difícil para ti, ¿verdad? —Me miró con empatía, notando mis ropas desgarrada—. Si necesitas algo, no dudes en preguntar, era mi oportunidad. — Gracias, Jazmin, de hecho estoy un poco perdida. ¿Es... esa la prometida del Alpha Kael? La vi ayer. Ella suspiró y su sonrisa se hizo tensa. — Ah, sí la señorita Lia, ella es la futura Luna, sí, dicen que pronto se casarán. — ¿Por afecto? —pregunté, tratando de sonar casual, aunque mi corazón latía con ansiedad. Elara se acercó y bajó la voz. — Mira, no es un secreto aquí el Alpha Kael es... un Alpha de necesidad, necesitamos uniones fuertes para mantener nuestra hegemonía, lia es de una manada rica, poderosa, el matrimonio dicen es para darle estabilidad a la manada no es un matrimonio por afecto, si me entiendes. Sentí una oleada de alivio amargo ¡Político! Eso significaba que no la amaba pero la crueldad de usar a una Mate para la estabilidad de la manada, aun si era por un matrimonio político era un golpe de frialdad pura. — ¿Él es... muy duro? — ¿Kael? Oh, querida, a Kael todos le temen —Ella se estremeció ligeramente—. Es justo, sí, pero su disciplina es de hierro, es duro con todos incluso con Lia nunca le he visto una muestra de afecto público por eso se rumorea que es de conveniencia el es el poder, ella es la riqueza. Terminé la conversación con gratitud, sin revelar mi verdadera historia aún cuando hubo preguntas de su parte, mi mente giraba. Kael me había traicionado, sí, pero no por amor yo era una variable que él no había podido controlar, encontrar a nuestros mates no es tan común como se gustaría que fuese. Caminé hacia los dormitorios, mi mente absorta. Justo cuando doblaba una esquina solitaria, sentí el perfume de jazmín y miel. — Tú —siseó una voz. Ahí estaba Lia no la Lia sonriente de la noche anterior esta Lia tenía los ojos entrecerrados, el rostro duro y la boca apretada la fachada de la futura Luna se había desmoronado.— Escúchame bien perra callejera —continuó Lia, avanzando con una furia silenciosa—. Sé lo que eres una loba rota que mi prometido recogió por lástima pero Krag hizo un trabajo incompleto contigo, quiero que te alejes de Kael lo vi anoche cómo te miró, no importa lo que haya pasado en esa cueva, él es mío. ¡Nuestro matrimonio es en dos semanas! La sorpresa me paralizó un instante. ¡Dos semanas! Era pronto, muy pronto. No sé porque pero sentí desespero en mi interior, mi loba rugía para que hiciera algo para que no permitiera que eso ocurriera. — Yo no he hecho nada, señorita —respondí, con la voz firme. — ¡No me mientas! Te lo advierto no quiero verte sola, ni cerca de él, ni respirando su mismo aire. ¿Entendiste? La burla en su rostro fue mi límite ella creía que yo iba a encogerme. — Entendí —dije, dando un paso más cerca, mi propia rabia finalmente desbordándose—. Entendí que la futura Luna de esta gran manada es tan insegura que tiene que amenazar a una "perra callejera" para asegurar su posición, eres patética. Mi osadía la hizo estallar, lia levantó la mano y me golpeó en la mejilla con una fuerza inesperada el dolor me explotó en el rostro ¡Una Alpha nunca acepta un golpe de un subordinado! El recuerdo de mis trillizos me dio una inyección de energía brutal, salté hacia adelante, golpeándola con el hombro y empujándola contra la pared de piedra, levanté mi puño, dispuesta a devolverle el golpe. Pero antes de que pudiera completar el movimiento, una mano de hierro me agarró por el hombro y me jaló hacia atrás. — ¡Suficiente! ¡No toques a la Luna! —rugió una voz masculina a mi oído. Era un lobo de la guardia, grande y rápido, mientras me soltaba del agarre, me golpeó. El puño del hombre se estrelló contra mi sien fue un golpe limpio, directo y brutal, un dolor incandescente me recorrió el cráneo. La luz se fragmentó en mil pedazos me deslicé, mi cuerpo sucio y golpeado cediendo, caí al suelo, y mi último pensamiento, antes de que la oscuridad me engullera, fue La manada no es mi refugio es mi nuevo campo de batalla.






