Mundo ficciónIniciar sesiónGuillermo seguía en la cama, pálido pero lúcido, procesando la absolución de su hermano. Emilio estaba sentado en una silla a su lado, la adrenalina de la prisión dando paso a un profundo agotamiento. Luca permanecía de pie cerca de la ventana, una presencia silenciosa, dándoles espacio, sin saber exactamente cuál era su lugar ahora.
—Memo... —comenzó Emilio, su voz baja—. Lo que dije en el hospital... sobre él. Sobre Lombardi. Tenía razón. Guillermo lo miró, confundido. —¿Qué? —Pero no importa ahora —dijo Emilio, sacudiendo la cabeza, guardando el secreto de Ivanka para sí mismo—. Lo que im







