Mundo ficciónIniciar sesiónEl Bastión de Toluca
La calma gélida que Alessandro reconoció en Luca era la del estratega que acaba de reorganizar el tablero de guerra. En el momento en que Amelia gritó el nombre de Lombardi, algo en Luca se rompió y se reconfiguró. El amor desesperado dio paso a un orgullo herido y a una claridad helada.Salió del hospital sin decir una palabra más, dejando a Alessandro con la tarea imposible de traer al psiquiatra. No se fue al St. Regis. Se subió al Maybach blindado que lo esperaba y dio una sola orden a su conductor: "A Toluca".
Había pasado una noche. Luca no había dormido. Había alquilado el piso presidencial completo del hotel más lujoso de Toluca, convirtiéndolo en su nueva fortaleza, un bastión a una hora de distancia del caos de la Ciudad de México. Desde allí, podía estar a diez minutos en coche de la UCIN donde su nieto lucha







