52: Motivaciones.
En el camino hacia el castillo de Balmoral, Daniel hizo que su vehículo se detuviera en la entrada de terracería hacia el orfanato. Estaba ansioso por mirar a Emma y decirle todo lo que había ocurrido, pero descendiendo del vehículo, pudo ver como otro elegante auto estaba estacionado solo unos metros más adelante, y un rostro sonriente y conocido lo miraba fijamente. Manteniendo la calma y mostrando un semblante sereno, Daniel vio como aquel Cervantes caminaba hacia él.
—Esta si que es una gran sorpresa, visité el castillo de Balmoral esta mañana, pero me dijeron que su señor no se encontraba en sus tierras e imagine que no regresaría muy pronto. Todos sabemos que estos grandes señores ingleses, suelen pasar bastante tiempo lejos de casa, aunque puede ser que usted, Sir Daniel Lancaster, sea la excepción a esa regla. — dijo Eduardo Cervantes con un tinte de arrogancia en su voz.
Daniel avanzó hacia el camino que llevaba al orfanato, ignorando completamente al Cervantes que se sintió