16. Como una cucaracha.
Emma pudo notar cierta nostalgia y añoro en los ojos de Daniel Lancaster. La salud de la Duquesa Abigail de Balmoral, nunca había sido buena. Se decía que había sufrido de terribles fiebres en cada parto, y que también había padecido de varios abortos. El día que ella murió, muchas cosas se dijeron, pero nadie sabía a ciencia cierta de que había muerto.
— La duquesa Abigail era una mujer bondadosa y amable, y no creo que exista una sola persona que no la recuerde de tal manera. Debió de ser terrible perder a una madre así. — dijo con pesar, y sabiendo que su propia madre nunca la trató tan bien como si lo había hecho la duquesa.
— Lo fue. — respondió cortante el pelinegro.
— Y, si no es molestia e indiscreción, ¿De que murió ella? Nunca nadie lo supo en realidad. —
Daniel se levantó de la silla y acomodo las almohadas de Emma.
— Es momento de descansar. El Dr. López ordenó reposo absoluto hasta que recuperes por completo la salud. Iré a ordenar que nos preparen algo ligero, luego de e