Sophia Adams es una mujer de 25 años, inteligente y carismática. Su único impedimento para ser feliz es ser una mujer curvy. Toda su vida cambia cuando sus padres mueren en un accidente y encuentra a su novio con su hermana engañándola. Alessandro Morelli es un hombre de 28 años, sagaz y muy peligroso, él es un poderoso mafioso en proceso de ascenso a ser el rey, para ello deberá casarse y tener un hijo y así su abuelo cederá su puesto en la mafia quedando como dueño del trono, su único inconveniente es que él es alérgico a cualquier compromiso. Sophia encuentra una carta a medias de su padre en donde especifica que están en peligro ante una familia mafiosa de Italia, adicional su hermana se queda con toda la fortuna y la deja en la calle; ella está destrozada y resuelta en acabar con su vida. Sophia se castiga a sí misma por su cuerpo ya que las personas se acercan a ella solo por dinero. Alessandro se cruza en el camino de Sophia al notar su desesperación, él se aprovecha de la situación para conseguir lo que le pide su abuelo. Alessandro hace un trato con Sophia en donde él consigue lo que necesita, pero a cambio ella le pide ayuda para vengarse y recuperar lo que le pertenece. Luego de un tiempo Sophia se da cuenta quien es realmente Alessandro y que haberse encontrado con él no fue casualidad y que él ha tenido mucho que ver en su dolor. ¿Qué sucederá con Sophia cuando se entere que Alessandro acabó con la vida de sus padres? ¿Alessandro y Sophia sabrán lo que es el amor verdadero y podrán estar juntos a pesar de los secretos?
Leer más“Nueva York”
Sophia se encontraba en la oficina trabajando como siempre lo solía hacer, hasta que una llamada que le comunicó la asistente interrumpió sus labores.
—Hola —respondió ella mientras recostó la espalda en la silla.
—Soy el detective Oliver Davis, ¿me estoy comunicando con la familia Adams? —Sophia arrugó sus cejas ya que no lograba comprender cuál era el motivo de aquella llamada.
—Así es, ¿en qué le puedo ayudar? —preguntó ella al instante.
—Lamento darle esa terrible noticia, pero el señor y la señora Adams han perdido la vida en un terrible accidente.
Luego de escuchar aquellas palabras el rostro de Sophia cambió repentinamente, ella sentía que el aire se agotaba y respirar le costaba. Esas palabras se repetían una y otra vez en su cabeza.
—¿Qué?, pero... ¿qué ha dicho? —preguntó ella con sorpresa mientras se levantó de la silla—. Es imposible y difícil de creer, hace unos pocos minutos ellos estuvieron conmigo —aseguró Sophia con sus ojos húmedos.
—No le miento, en estos momentos acaban de levantar sus cuerpos y es mi deber dar aviso a su familia —Sophia rompió en llanto, colocó el teléfono sobre la mesa y salió de la oficina con su corazón desgarrado.
Sophia en medio de la preocupación tomó su teléfono móvil e intentó comunicarse con su hermana, pero por más que insistió en ponerse en contacto con ella nunca le respondió; al instante intentó contactarse con su novio, pero él tampoco le dio respuesta.
La situación era bastante impactante y más para ella que amaba con todas sus fuerzas a sus padres, necesitaba desahogar su dolor así que subió a su auto y condujo en dirección del apartamento de su hermana.
Una vez que llegó, descendió del auto y fue directo al ascensor, las lágrimas rodaban por sus mejillas sin pedir permiso alguno, todo su cuerpo temblaba, a pesar de las diferencias que habían entre las dos, en aquel momento Sophia sentía que su hermana iba a poder manejar la situación mejor de lo que ella lo iba a poder hacer, en estos momentos debían estar juntas.
El ascensor se detuvo, ella descendió dando pasos largos, debido a la preocupación Sophia no sé tomó la molestia de llamar a la puerta como siempre lo solía hacer, el apartamento pertenecía a sus padres y dentro de su bolso conservaba una llave, sin pensarlo dos veces la introdujo e ingresó para tratar de encontrar ayuda en su hermana.
En medio de su preocupación Sophia notó que sobre el sofá se encontraba el saco de un hombre, sobre la mesa unas copas desocupadas y junto a ellas una botella de licor.
Sophia continúo caminando sin darle importancia a aquellas cosas, al llegar a la habitación giro de la perilla, para ella no había nada más importante que comunicarle a su hermana sobre aquella terrible noticia.
Al abrirse la puerta, Sophia quedó con la boca abierta, sus ojos se abrieron del impacto, su respiración intentó detenerse, su llanto se detuvo por un instante al quedar frente de aquella escena que jamás llegó a imaginar, ella recostó sus manos sobre la pared buscando tener fuerza para no caer.
—Noah, Amelia... —murmuró entre dientes Sophia al ver a su hermana y a su novio completamente desnudos en la cama brindándose placer como si no existiera nada más que ellos dos.
La impresión era tanta que Sophia sin querer lanzó un florero al piso llamando la atención de su novio y de su hermana, quienes se detuvieron al instante y fijaron la mirada al mismo tiempo en Sophia.
—¿Pero qué rayos sucede aquí? —ella titubeó— ¿cómo me pudieron engañar de esta manera? —preguntó Sophia mientras que el llanto se apoderó de ella—. En cuanto a él, lo entiendo porque es un hombre que no lleva mi mismo apellido, mi misma sangre. Pero tú... tú eres mi hermana ¿cómo pudiste enredarte con el hombre que pronto se iba a casar conmigo? —agregó Sophia con la voz temblorosa.
—Ay por favor deja el show, solo mírate, no eres más que una gorda que pretende ser feliz con el hombre que mis padres compraron para ti, no eres lo suficiente para haber conseguido alguien sin que mis padres tuvieran que intervenir —comentó Amelia observando con desprecio a su hermana.
—¿Qué estás diciendo?, eso es falso, solo lo estás diciendo porque intentas burlarte de mí, ya había notado que sentías envidia hacia mí, pero esto... —Sophia levantó los brazos y con ambas manos señaló la escena que había en cama frente de ella— Esto es el colmo.
Una delgada vena brotó en la frente de Sophia sintiendo coraje en contra de su hermana.
—No tienes vergüenza, ni mucho menos respeto, presumes ante mí de tu estupendo cuerpo y con tantos hombres que te rodean pudiste haberte enredado con cualquiera de ellos, pero preciso tenías que entrometerte en la relación que tenía con un hombre maravilloso como lo es Noah, te has encargado de arruinar mi felicidad —Noah interrumpió soltando una sonora carcajada.
—Vaya que si eres ciega, solo estaba contigo por la cantidad de dinero que me dieron tus padres, me repudia estar a tu lado y más cuando debo tomar de tu mano, sin hablar del sacrificio que debo hacer para besarte, solo me produces asco —aquellas palabras fueron puñales en contra de Sophia.
—¿No sentías nada por mí?, me engañaste, aprovechaste que estaba enamorada perdidamente de ti y estaba dispuesta a colocarlo todo a tu disposición únicamente para que estuvieras feliz conmigo —habló Sophia mientras colocó las dos manos sobre su cabeza.
—Ya vete al carajo gorda ridícula, ya no te necesitamos, solo eres un estorbo, a pesar de que llevamos el mismo apellido para mí no eres mi hermana, pronto también nos desharemos de ti —aseguró Amelia.
—Se más cuidadosa con tus palabras, es gorda, ridícula y tonta, pero si llega a abrir la boca todos nuestros planes se irán al carajo —advirtió Noah a Amelia en baja voz, pero no tan baja porque Sophia alcanzó a escuchar.
Sophia salió de aquella habitación sintiendo que todo su mundo se había acabado, no quedaba duda alguna que aquel era su peor día, había perdido a sus padres, a su hermana y al hombre que amaba con todas sus fuerzas y estaba dispuesta a hacer lo que fuera por él.
Sophia subió al auto, su cuerpo temblaba, las lágrimas no se detenían, no tenía ni la más mínima idea a dónde ir, o con quien desahogarse ya que todo había terminado para ella.
La lluvia caía a cántaros, ella encendió el motor y arrancó a toda prisa sin un destino al cual llegar, lo único que pasaba por su mente eran los cuerpos desnudos de su hermana y del amor de su vida.
En familia.Años más tarde.Los niños jugaban por toda la casa recorriendo aquellos pasillos dando vida a lo que un día simplemente servía para conectar de un lugar a otro.Vittorio es un caballero con su pequeña hermana, Alessandro disfrutaba ver a sus hijos jugar, no había nada que le hiciera más feliz que estar con su esposa y sus hijos.Los negocios marchaban de maravilla y sin el mayor esfuerzo, a petición de Sophia Alessandro nombró a sus mejores hombres para que manejaran el negocio, mientras que ellos compartían tranquilamente en casa, juntos como una familia. A pesar de que Sophia moría por estar de regreso en la empresa de su padre el amor que sentía por sus hijos y su esposo era más grande, juntos en Italia vivieron aquella vida feliz que nunca llegaron a imaginar que iban a poder tener.Alessandro se ha encargado de hacer que aquel día fuera diferente, era el cumpleaños de Sophia y desde aquel día en el que por poco la pierde luego de haber dado a luz a su pequeña hija es
Estrello MorelliMeses más tarde.Alessandro se encuentra más feliz que nunca antes, luego de haber salido del hospital se recuperó satisfactoriamente, los negocios de la familia ha decidido dejarlos a mitad de tiempo ya que a petición de su familia juega con ellos y comparte una vida de padre ejemplar. Mientras que Alessandro y Vittorio nadan tranquilamente, Sophia se encontraba recostada bebiendo jugo de frutos rojos observando a la distancia la felicidad de su hijo junto con su padre, su embarazo se encontraba en excelentes condiciones.Al compartir un vaso de frutas Sophia rompió fuente, Alessandro llevó a su esposa lo más pronto posible hasta un hospital, por primera vez en sus rostros no había preocupación o temor, todo lo contrario, se podía notar la felicidad de aquel nuevo integrante en la familia Morelli.Todo se encontraba preparado para el recibimiento del bebé, Sophia fue llevada a la sala de parto, a Alessandro se le fue permitido su acompañamiento, se tomaron de la man
Alessandro con su mirada débil la desvió de su primo y la fijó en la puerta, Sophia se encontraba allí apuntando directo al cuerpo de Paolo, quien cayó al piso al instante, no es suficiente con aquellos disparos, terminó descargando todo el proveedor en contra de Paolo asegurándose que nunca más se volviera a levantar. —Salvaste mi vida —habló Alessandro con un tono de voz débil y de inmediato Sophia se lanzó sobre él acariciando su mejilla.En ese momento el personal de Alessandro se acercó rápidamente, Sophia en medio del llanto les pidió que lo llevaran hasta el auto y allí fue llevado a urgencias.—Por favor lucha por tu vida, no puedes morir, por favor no lo hagas, Vittorio, nuestro bebé al igual que yo te necesitamos —le decía Sophia mientras intentaba que él se mantuviera con los ojos abiertos.—Cuida de nuestros hijos, junto a ellos sé feliz, encárgate de todos los negocios, no permitas que el negocio del abuelo termine de esta manera —Sophia recostó sus labios contra los suy
Una semana más tarde.Debido a que Sophia era atormentada por terribles pesadillas de aquel ataque que había recibido le rogó a Alessandro para que la llevara de regreso a casa, él se ha encargado de contratar al mejor médico para que estuviera al pendiente del embarazo. Sophia siente demasiado temor que Paolo puede aparecer en cualquier momento y acabar con su vida. Alessandro se comportó como el mejor esposo del mundo ante la terrible situación que estaba pasando su esposa.Le lleva el desayuno a la cama y se encarga de brindarle compañía todo el tiempo, su hombre de confianza se ha encargado de llevar y traer al pequeño Vittorio.Los negocios que Alessandro suele manejar son demasiado importantes y muy delicados, así que se ha tenido que hacer cargo de manera remota, a su vez ha tenido que encargarse de los negocios de la empresa de Sophia que ella no tiene cabeza para nada. Por fortuna Snake ha sido demasiado astuto y se ha encargado de resolver los temas de su nivel, pero aún a
Alessandro completamente desesperado llegó hasta donde estaba Sophia, desató los nudos y luego la intentó levantarla, pero no se podía mantener de pie, con sus manos sostenía su abdomen, tomó aliento para poder hablar. —Apresúresen, atrapen por lo menos a uno de ellos, se han metido con mi esposa y quien lo haya hecho ha firmado su destino, morirá de la peor manera —ordenó Alessandro a sus hombres. —El bebé —murmuró Sophia.—¿Qué has dicho?, trata de hablar un poco más fuerte que no logro comprender —acercó su oído brindando toda su atención. —Por favor llévame a un hospital, el bebé está en peligro, no lo quiero perder —Alessandro abrió los ojos, al comprender aquellas palabras dobló el cuerpo y levantó a Sofía en sus brazos llevándola rápidamente hasta el auto.—Conduce a toda prisa hasta el hospital más cercano —ordenó al conductor mientras que los demás hombres escoltaban el auto de su jefe.Sophia cierro los ojos y le costó la cabeza sobre el cuerpo de Alessandro debido a la f
Los minutos de angustia eran eternos para Alessandro, se encontraba de camino con la mirada puesta en la pantalla del teléfono, gracias a que Alessandro había colocado aquel rastreador en su teléfono todo era más fácil, sostenía con fuerza en su mano la empuñadura de la pistola deseando acabar con la vida de los responsables de aquel secuestro. Mientras tanto, Sophia se encontraba bastante nerviosa y preocupada por su vida, temor de nunca más volver a ver a su hijo, poder ver una última vez a su esposo a los ojos y decirle cuánto lo amaba. Aquel hombre que se encontraba cerca de ella sin mediar palabra alguna comenzó a golpearla sin piedad alguna, Sophia luego de unos cuantos golpes su rostro ensangrentado era alarmante, luego golpeó sus piernas hasta lograr que ella cayera quedando sostenida de las cuerdas.—¡Por favor, no más!, por favor no me golpeen, no les he hecho ningún daño, claramente todo esto se trata de una equivocación, ustedes no me conocen porque no soy de este país,
Último capítulo