La apariencia de Edmundo dentro del lobo de Camila se asemejaba a un cuerpo en estado de putrefacción. La desesperación por volver a ser el poderoso hijo de Imperión lo conocía irremediablemente a su propia destrucción.
Un segundo grupo de lobos se encontró con el lobo de Camila, era inexplicable su sola existencia sin un cuerpo que la custodiará.
—Se trata de él —Aseguro uno el mismo lobo joven de pelaje castaño oscuro que desafío a Conan un poco antes.
Con cautela dio pasos lo más silencioso posible avanzando hacia Edmundo cazándolo, era su oportunidad para reestablecer su imagen. Casi saboreaba las disculpas del Alfa Conan
Obtendría respeto y gloria.
—¿Que estás haciendo? —Un lobo de pelaje blanco y gris y aún más joven trato de persuadirlo.
—Guarda silencio… miedoso cobarde, si no tienes agallas no estorbes —lo empujó retándolo con una mirada fría.
—Esto será divertido —adivino el tercero lobo de pelaje gris claro, con una risita tonta.
Estaban seguros de lograr capturarlo, las