El silencio lúgubre se convirtió en un acogedor compañero de los Imperión, después de la tormenta la calma resulta irreal, ni los Mellizos, ni Derek y mucho menos Conan atormentaron al Alfa Boran con preguntas.
Encerrado en sí mismo, Edmundo se convirtió en su propia cárcel, vivo, solo durmiendo mientras el tiempo a su alrededor seguía girando, después de todo, el alfa Borna fue benévolo con su malvado hijo.
Con serenidad le dio la noticia a las pequeñas hijas de Edmundo. La mayor, Camila se mantuvo con una serenidad fría en su rostro, Boran intento comprender si estaba reprimiéndose o simplemente no sentía dolor.
La pequeña Victoria, lloro recargándose en el muslo de su abuelo. Acaricio su cabeza con ternura, compasión y culpa.
—Ahora están bajo mi total cuidado, seré su padre desde este momento. —ya no tenían a nadie más. los error de su padre eran sus errores.
Reunidos todos en la sala no se atrevían a comentar lo sucedido, tampoco nadie juzgo la decisión de su Padre, lamentaban q