Capitulo 7

Alexis no podía creer como toda su estabilidad emocional se había derrumbado con la sola imagen de una mujer, es que Dios, no era cualquier mujer, era una copia exacta de su amada Loreine. Ver a esa chica revivió tantas emociones y recuerdos que en su momento creyó sepultados. Tristemente debía de admitir que no había superado ese mal suceso de su vida y honestamente, dudaba que algún día pudiera superar aquello.

Con los ánimos por el suelo, aparcó su automóvil en uno de los bares exclusivos de la ciudad, de esos bares donde necesitas entrada VIP para poder ingresar. Uno de los guardias de seguridad nada más verlo lo guió al interior del recinto, al segundo piso donde estaba el apartado VIP. Alexis agradeció el gesto con una generosa propina y luego llamó a un camarero, a quien le pidió dos botellas del licor más fuerte que tuviera. El hombre asintió y fue en busca de lo solicitado.

No supo en qué momento, Jorge llegó tras él. Él chaparrito no se atrevió a decir nada, simplemente se sentó junto a su hermano.

Alexis estaba sentado en el bar, con la mente perdida en sus pensamientos y el corazón lleno de angustia. Pedía una botella de whisky tras otra, buscando ahogar el dolor que le oprimía el pecho. Su hermano menor, Jorge, estaba sentado a su lado, en silencio, sin atreverse a decir una palabra. Ambos sabían lo que los atormentaba, lo que los mantenía despiertos por las noches.

Loreine, la mujer por la que ambos habían perdido la cabeza, la mujer por la que habían sentido un amor tan profundo que les parecía imposible de superar. Pero Loreine ya no estaba. Había decidido quitarse la vida, abrumada por la presión de una sociedad que no entendía su amor por tres hermanos, aunque ella antes de morir hizo su elección. Y ahora, Alexis y Jorge se encontraban atrapados en un torbellino de emociones encontradas, sin saber cómo seguir adelante.

Alexis recordaba el día en que conoció a Loreine. Era una tarde de verano, el sol brillaba en el cielo y ella llegó a su vida como un rayo de luz. Desde el primer momento, supo que ella era especial, que no podría vivir sin ella. Y así, comenzó una historia de amor que parecía destinada a durar para siempre, o al menos, hasta que su hermano mayor, Erick Miller, decidió meterse en medio.

Pero entonces llegó Erick, el hermano mayor, el rebelde de la familia. Y Loreine también cayó rendida a sus pies, enamorándose de él con la misma intensidad con la que lo había hecho de Alexis. Y así, los tres se vieron envueltos en un triángulo amoroso del que ninguno podía escapar. Jorge, por ser más joven que ellos, no formó parte de aquel triángulo amoroso.

Ahora, en aquel bar oscuro y lleno de humo, Alexis se preguntaba una y otra vez dónde habían fallado. ¿Cómo habían permitido que el amor los separara en lugar de unirlos? Sentía un nudo en la garganta y las lágrimas amenazaban con brotar de sus ojos. Pero se las arregló para contenerse, para no mostrar su debilidad frente a su hermano menor.

Jorge lo miraba en silencio, con los ojos llenos de culpa y arrepentimiento. Él jamás se involucró con Loreine, pero la amó, la amó tanto como lo hicieron sus dos hermanos mayores. Sabía que había traicionado a su hermano, que había deseado a la mujer que él amaba. Pero no había podido evitarlo, el amor por Loreine había sido más fuerte que cualquier lazo fraternal. Y ahora, se encontraba perdido, sin saber cómo reparar el daño que había causado. Por que era evidente que Alexis estaba decepcionado.

El camarero les sirvió una nueva botella de whisky, interrumpiendo el silencio incómodo que se había instalado entre los dos hermanos. Alexis tomó un trago largo, sintiendo el líquido arder en su garganta. Cerró los ojos y respiró hondo, tratando de controlar las lágrimas que amenazaban con escapar.

Finalmente, rompió el silencio. —No puedo dejar de pensar en ella, en todo lo que pudimos haber sido juntos, esa chica, Linda , vino a revivir todo lo que creí superado, —susurró, con la voz quebrada por la emoción. Jorge asintió con la cabeza, sin poder articular palabra. Sabía que su hermano mayor estaba sufriendo, que el dolor que lo consumía era casi insoportable.

Se quedaron allí, en aquel bar solitario, bebiendo en silencio, tratando de hallar consuelo en el alcohol. Pero sabían que ese no era el camino, que no podían seguir evitando enfrentarse a la realidad. Tenían que encontrar una manera de superar el dolor, de sanar las heridas que Loreine había dejado en sus corazones.

Y así, juntos, se prometieron que nunca olvidarían a Loreine, que siempre la llevarían en sus corazones. Porque, a pesar de todo, su amor por ella seguía vivo, inquebrantable, eterno. Y aunque ya no estuviera presente físicamente, su espíritu seguía uniendo a los tres hermanos en un lazo irrompible de amor y dolor.

Y mientras el sol se ocultaba en el horizonte y la noche caía sobre la ciudad, Alexis y Jorge se abrazaron, compartiendo su dolor y su amor por la mujer que había marcado sus vidas para siempre. Y juntos, se prometieron seguir adelante, con la memoria de Loreine siempre presente en sus vidas, guiándolos en su camino hacia la sanación y la redención.

Decidieron lidiar con el dolor que los consumía y que mejor manera de hacerlo que aceptando aquella locura que Erick les proponía.

•••

Linda empacó sus pocas pertenencias a la velocidad de la luz, estaba tan consternada por lo que había descubierto que no estaba pensando con claridad. Erick Miller le había entregado un cheque por $50,000 dólares, cheque que por cierto ella hizo efectivo y cobró. De ese dinero le quedaban 35,000 dólares, ya que con los otros 15 mil pagó la hipoteca de la casa, los intereses e hizo algunas compras. Definitivamente se estaba dejando llevar por sus impulsos y había olvidado pensar.

¡Es que por Dios! Ella no podía prestarse para un juego tan retorcido y macabro. Porque vamos, era sumamente enfermo que la utilizaran para reemplazar a una persona que había muerto. Honestamente no sabía que demonios tenía en la cabeza Erick Miller como para hacer una broma de tan mal gusto a su propio hermano.

Linda había llegado a la mansión de Erick Miller con grandes expectativas. Había escuchado hablar mucho sobre él, sobre su éxito en los negocios, su encanto irresistible y su estilo de vida lujoso. Había aceptado el trabajo de prostituta personal sin pensarlo dos veces, emocionada por la oportunidad de trabajar para alguien tan influyente y poder saldar las deudas, con la esperanza de darle una vida más digna a su abuela.

Con maleta en mano abandonó la lujosa habitación que se le había designado y bajó casi corriendo las escaleras encontrándose a Erick Miller en la sala.

Al ver a Erick sentado en el sofá, bebiendo whisky como si no le importara en lo más mínimo lo que sus hermanos pensaban, Linda sintió un impulso irrefrenable de decirle todo lo que pensaba.

—Renuncio, —dijo con voz firme, dejando caer la maleta al suelo con un estruendo. —Te devolveré el dinero que ya gasté en cuotas, pero no pienso trabajar ni un segundo más para ti.

Erick la miró con sorpresa, luego soltó una carcajada que resonó en la amplia sala. La risa de Erick era desagradable, como un golpe en el estómago que hizo que Linda se estremeciera de repulsión y rabia.

—¿Así que decides renunciar como si fuera tan fácil? —Dijo Erick con una sonrisa burlona en los labios. —No sabes con quién estás tratando, Linda. No te dejaré ir tan fácilmente, firmaste un contrato y estuviste de acuerdo con las clausulas ahí estipuladas.

Linda se cruzó de brazos, desafiante. Estaba decidida a no dejarse intimidar por él, por muy poderoso que fuera. Ella no sería la sombra de Loreine.

—Me importa un bledo quién seas, —dijo con voz temblorosa pero firme. —No voy a quedarme en un lugar donde no me valoran ni respetan, me parece de muy mal gusto que le hayas utilizado para reemplazar a tu cuñada muerta.

Erick se levantó del sofá y se acercó a ella, con una mirada intensa en los ojos. Linda sintió un escalofrío recorrer su espalda, pero se mantuvo firme en su decisión.

—Loreine era mucho más que mi cuñada, ella era la mujer que amaba... —Soltó aquello sin anestesia.

Linda cogió la maleta y se dió media vuelta, su intención era llegar a la puerta de entrada, abandonar esa casa y que todo quedará como un mal recuerdo en su mente, sin embargo, en el momento en que cogió la manilla de la puerta esta se abrió desde el otro lado encontrándose con Alexis y Jorge.

—¿Qué sucede? —Quiso saber Jorge al ver la cara de espanto de la mujer.

—Quiere renunciar al enterarse de lo que pasó con Loreine... —Respondió Erick con pesar.

—Lamento mucho el malentendido, honestamente cuando accedí a hacerme este cambio de look no sabía quién era Loreine y me siento sumamente mal de haber sido parte de este juego. —Dijo la joven mirando fijamente a Alexis Miller a los ojos.

Un pesado silencio se instaló en la sala y Linda aprovechó eso para atravesar el umbral de la puerta, dispuesta a irse para siempre. Luego pensaría cómo devolver el dinero, Pero antes de que pudiera abandonar completamente la casa la penosa voz de Alexis la detuvo.

—No te vayas, no renuncies por favor... —Suplicó con vos lastimera y a Linda se le estrujo el corazón.

Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App