Capitulo 6

Linda se sentía perdida, honestamente no sabía qué demonios estaba pasando entre los hermanos Miller. Ese hombre, Alexis Miller, cuando la vió bajar del ascensor se mostró aterrado, como si estuviese viendo a un fantasma. Después de su fatídica entrada, el hombre entró en una especie de crisis y perdió el conocimiento. En ese momento todo se volvió caos y ahora estaba en esa lujosa casa, en medio de la sala sin saber que hacer.

Desde donde estaba podía escuchar los gritos de protesta por parte de Jorge, el menor de los hermanos Miller, quién le reclamaba a Erick por su broma de mal gusto. ¿A qué se refería con broma? ¿Acaso hablaban de ella? Honestamente, se sintió bastante mal después de todo lo que le tocó presenciar. Era su primer día de trabajo, estaba sumamente nerviosa porque vamos, tenía que acostarse con tres tipos que jamás había visto y sucedía todo esto.

—¿Quién eres? —Una profunda y masculina voz a su espalda la hizo chillar y brincar en su sitio.

—Mi nombre es Linda, Linda Jones... —la voz le salió bajita y temblorosa.

—Ahora dime, Linda Jones, ¿qué m****a haces en mi casa? —los ojos de Alexis destilaban odio puro y sin poder contener sus impulsos tomó a Linda del antebrazo apretando su carne con saña. —¡Responde de una vez maldita impostora! —gritó fuera de sí.

—¡Oiga, suelteme! ¿Qué carajos le pasa, eh? —Se quejó la chica, para luego golpear la cabeza del hombre reiteradas veces con su bolso de mano.

La puerta de la oficina se abrió, asomándose Jorge y Erick, observando la bizarra escena frente a sus ojos. Alexis se cubría la cabeza con ambas manos mientras Linda lo golpeaba con su bolso. Ella, al percatarse de la presencia de los otros dos se detuvo abruptamente, sintiéndose de pronto demasiado avergonzada.

—Linda, ve a tu habitación y ponte cómoda, necesito hablar con mis hermanos a solas. —Dijo Erick con amabilidad.

—Si, está bien —esbozó una sonrisita nerviosa. —Si me necesitan... Bueno... Estaré en mi habitación.

La joven algo cohibida pasó por en medio de los hermanos Miller y se perdió escaleras arribas. Los tres siguieron cada uno de sus movimientos con la mirada, era increíble parecido que esa chica tenía con Loreine y el tenerla ahí, en casa con ellos, era como volver al pasado.

—Ahora que estamos solos, explícanos qué m****a significa todo esto Erick, queremos saber porque esa chica está acá y por qué se parece tanto a Loreine. —Jorge rompió el silencio, necesitaba respuestas.

—Es obvio, lo hizo para hacerme daño. —Se quejó Alexis.

—No te sientas tan importante, imbécil —replicó Erick. —Contraté a Linda como mi sumisa, también está acá para complacerlos a ustedes dos sexualmente. Somos hombres, tenemos necesidades y es evidente que no podemos andar por ahí buscando mujeres, a la primera salida ya están pensando en matrimonio y honestamente es un fastidio.

—En eso tienes razón —admitió Jorge. —La idea de una mujer exclusiva para nosotros me parece buena, es discreto e higiénico, pero, ¿por qué m****a debe ser idéntica a Loreine?

—La respuesta es bastante obvia, Coque —se acercó a sus hermanos y rodeó los hombros de ambos con sus brazos. —Los tres amábamos a Loreine y es justo que tengamos a esta versión de Loreine para los tres.

—¡Eres un maldito enfermo! —Exclamó Alexis.

—No seas estúpido, la extrañas tanto como yo. —Fijó su intensa mirada en su hermano. —Linda no es Loreine, pero puede servirnos para superar esto, para empezar a enfrentar lo que sentimos.

—¡Vete a la m****a, maldito enfermo! —Alexis tomó su abrigo y abandonó la casa. No podía formar parte de esto, definitivamente era una locura.

—¿Tu que piensas Coque? —Erick suspiró pesadamente.

—A diferencia de ustedes, jamás tuve a Loreine, ella siempre me trató como a un niño... Yo apoyo tu idea Erick... Pero ahora iré por Alexis, lo convenceré. —Palmeó la espalda de su hermano mayor y abandonó la casa.

•••

Linda se encerró en la habitación que designaron para ella, se quitó los incómodos zapatos de tacón y el entallado vestido color borgoña, poniéndose cómoda. Reemplazó esa elegante ropa por sus ajustados jeans azules, esos que tanto le gustaban, los que estaban rotos en las rodillas y le hacían ver una figura envidiable. Decidió acompañar su vestimenta con una sudadera dos tallas más grandes de la que debería usar, sintiéndose cómoda y ella misma nuevamente.

Los hermanos Miller, eran todo un enigma para ella, aunque debía de admitir que los tres eran endemoniadamente guapos. Baphomet, mejor dicho, Erick Miller, era un hombre alto con un cuerpo totalmente esculpido, de cabello castaño y ojos color miel, facciones masculinas y un poco de barbita en el mentón.

Alexis, era más bajo que Erick, pero era uno de los hombres más hermosos que jamás haya visto, con su piel blanca, esos intensos ojos ámbar y sus facciones que le daban un toque entre hombre y niño, su cuerpo era fibroso, se notaba a simple vista que era carne de gimnasio. Incluso ese carácter de m****a que se cargaba le daba un toque especial.

Jorge, no tenía nada en común con sus hermanos, físicamente hablando. Era de estatura baja en comparación con los otros dos, no sobrepasaba el metro con setenta. Su piel era completamente bronceada, su cabello de un bonito color chocolate y sus ojos eran tan celestes, de un celeste tan intenso, que deslumbran a cualquiera. Sus facciones eran mucho más de niños que la de los otros, a simple vista, Linda le daba unos 20 o 21 años, no aparentaba más, además la mitad inferior de la cabeza rapada con su cabello algo alocado le daban un toque rebelde, que lo hacía ver más joven aún.

Dejándose llevar por la curiosidad, tomó su teléfono celular y comenzó a buscar información acerca de los Miller en la red. Encontró cientos de artículos, dándose cuenta en ese momento que era gente demasiado importante. Porque podían ser ricos, eso era evidente por la zona en la que vivían y la enorme mansión que tenían por casa, pero no solo eran ricos, también eran poderosos, incluso se dio cuenta de que Alexis estaba iniciando una carrera política.

Entre toda la información que encontró en la red, hubo algo que la dejó de piedra. Era un blog de farándula, de esos sitios donde se habla de famosos, ricos, políticos, etcétera. El artículo se titula: "la boda del siglo se cancela y el romance termina en tragedia." En la foto de la portada sale Alexis abrazando a una mujer idéntica a ella, en ese momento Linda sintió escalofríos.

"Maldita impostora" resonaron aquellas palabras en su mente, después de ver la foto de aquella mujer esas palabras tomaban bastante sentido para ella. Con una sensación extraña instalándose en el centro de su pecho comenzó a leer el artículo.

"La boda del siglo se cancela y el romance termina en tragedia."

¿Recuerden que hace unos meses atrás Alexis Miller, era el soltero más codiciado de toda la ciudad de los Ángeles? Bueno, si no lo recuerdas no importa, por que yo sí lo hago, aquel día me rompió el corazón cuando anunció su compromiso con la bellísima modelo Loreine Hathaway. Ese día frente a cientos de cámaras anunciaron su boda, la cual debería de estar realizándose el día de hoy, sin embargo, hoy se está llevando a cabo los funerales de la bellísima Loreine, quién se quitó la vida el día de su boda.

No se sabe qué llevó a la hermosa modelo a cometer tal locura, circulan muchos rumores por ahí, pero prefiero no hacer conjeturas falsas. Lo único que sé es que el apuesto Alexis Miller vuelve a estar soltero y en el ojo del huracán de todas las mujeres de este país.

Linda, no pudo seguir leyendo aquella noticia, realmente todo lo acontecido se le hizo demasiado triste y sentía de algún modo que estaba inmiscuyéndose en un asunto que no le correspondía. Porque esa era la privacidad de Alexis y ella no era quién para indagar más aya.

Baphomet o mejor dicho, Erick Miller era un verdadero demonio y la estaba utilizando para lastimar a su hermano. Definitivamente no se prestaría par algo tan ruín...

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