Adrián
Apreto, y un crujido siniestro resuena antes de que su cuerpo se desplome.
A mi alrededor, la batalla explota. Los colmillos chocan, las armas cortan el aire, el suelo se empapa de la sangre de los traidores.
Sasha es una furia. Lucha con una precisión mortal, sus movimientos son rápidos y calculados. Cada zancada, cada mordida es una advertencia: nadie toca lo que es nuestro.
Dante combate a su lado, su espada trazando arcos mortales en el aire.
Pero son muchos. Más de lo esperado.
Un vampiro salta sobre mí, con una daga brillante en las manos. Lo atrapo en el aire y lo lanzo al suelo antes de aplastar su pecho con una patada.
— ¡Los hemos subestimado! grita Sasha mientras empuja a un enemigo.
Un silbido agudo corta el aire. Una flecha.
Me giro justo a tiempo para ver una daga volar directamente hacia Sasha.
— ¡NO!
Me apresuro, pero es demasiado tarde.
El metal se hunde en su hombro con un ruido sordo.
Sasha
El dolor es ardiente, pero no tengo tiempo para pensarlo. Gruño, cont