Capítulo 16: La Difícil Decisión
El eco de los pasos de Barnaby aún resonaba en los pasillos, pero en la biblioteca, un nuevo tipo de silencio se había instalado entre Eliana y el conde Draconis. Era un silencio cargado de las palabras no dichas, de las implicaciones del descubrimiento y, sobre todo, de la propuesta que el conde había formulado, apenas un susurro, pero que había resonado como un trueno en el corazón de Eliana.
"Eliana," había dicho Draconis, tomando sus manos entre las suyas, sus ojos oscuros y profundos buscando los de ella con una intensidad inquebrantable, "sé que esto es peligroso. Sé que nuestro amor desafía lo que la sociedad espera. Pero no puedo concebir una vida sin ti. Ven conmigo. Deja este lugar. Estaremos juntos, lejos de las miradas, lejos de los juicios. Donde nadie pueda separarnos."
La propuesta era tentadora, una promesa de un futuro donde su amor no tendría que esconderse. Eliana cerró los ojos, sintiendo el calor de las manos del conde. Su corazón