Llego al campamento con Kaelos, y nos encontramos con Kael, el hermano menor de Amira, que está recogiendo leña junto con algunas de sus hermanas. El sol está comenzando a declinar, y el aire se llena de un aroma a madera y a tierra. Kael nos mira con una sonrisa amable, su rostro iluminado por la curiosidad.
—Hola, Thane —dice, dejando a un lado la leña que estaba recogiendo—. ¿Qué te trae por aquí?
—Hola, Kael —respondo, acercándome a él con Kaelos a mi lado—. Queremos hablar con tu padre.
Kael inclina la cabeza ligeramente, su mirada llena de interés.
—¿Qué es lo que necesitan? —pregunta.
—Queremos pedirle que traslade a toda la manada a un lugar más cerca de La Mansión —explico—. Creemos que estarían más seguros allí.
Kael frunce el ceño, pensativo, mientras se frota la barbilla con la mano.
—¿Por qué crees que estaríamos más seguros allí? —pregunta.
—Porque hay más protección y recursos —responde Kaelos—. Y también podríamos ayudar a protegerlos mejor.
Kael asiente lentamente, pe