La observo.
Es demasiado bella y no pensé que fuera a pasar una noche tan espectacular. Hacerle el amor, fue, increíble, y quiero volverlo hacer.
Pero no, la folle demasiado anoche, tres veces es suficiente para ella que soporto mi ímpetu, mi fuerza, y se vino todas las veces que estuvimos, esta muy cansada, se lo puedo ver y prefiero que se reponga, antes de volverla hacerla mía, aunque ya estoy duro y la deseo, es mejor, que se recupera.
Me levanto temprano, mientras la lluvia golpea suavemente contra las ventanas. Me dirijo a la cocina, decidido a sorprender a mi esposa con un delicioso desayuno. Corto una variedad de frutas frescas: fresas jugosas, piña dulce y kiwi verde. El aroma a café recién hecho llena el aire, y sonrío al pensar en la cara de felicidad de mi esposa cuando lo vea.
Una vez que todo está listo, cargo la bandeja y me dirijo de regreso al dormitorio. Me acerco a la cama y deposito suavemente la bandeja en la mesita de noche. Luego, me inclino sobre mi esposa dorm