Suspiro mientras miro por la ventana, contemplando el paisaje que debemos abandonar mañana. Me pregunto si hicimos lo correcto quedándonos aquí después del altercado. Pensé que deberíamos regresar inmediatamente, pero mi esposo no quiso. Me dijo que no iba a dejar que eso arruinara nuestra luna de miel y nos quedamos los días que habíamos presupuestado.
Sin embargo, temo que al salir de la selva y llegar al mundo exterior, las cosas se compliquen mucho más. La incertidumbre me invade mientras observo el paisaje que pronto quedará atrás. ¿Qué nos espera afuera? ¿Será todo tan tranquilo como aquí o se desatará un caos que no podremos controlar?
— ¿Y si pasa algo? —pregunto, mi voz apenas audible mientras el se acerca a mí.
—No pasa nada —responde, tratando de sonar convincente, pero puedo ver la duda en sus ojos.
—Tengo mucho miedo de lo que vaya a suceder apenas regresemos a la fortaleza y con las manadas —digo, mi voz temblando ligeramente—. No sé si estaremos seguros.
—Estaremos bien