47. Fantasmas de la hermandad.
Recuperar el liderazgo de la manada no es tan satisfactorio como debería ser. Antes, cuando me imaginaba este momento, me veía de pie frente a ellos, fuerte, indiscutible, con la certeza de que me seguirían sin cuestionamientos. Pero ahora todo es diferente. Ahora, en sus miradas no hay solo lealtad, sino duda. Temor. Y algo peor: desconfianza.
Sé lo que están esperando.
Rain se adelanta un paso, su expresión imperturbable, pero sus ojos calculadores me lo dicen todo. Me está probando. Está esperando a que haga lo que se supone que debo hacer.
—Luke —dice, con su tono usual, suave pero venenoso—. Todos estamos felices de que volvieras. Pero hay un asunto que debe resolverse.
No respondo. Sé exactamente a qué se refiere.
—Las reglas son claras. —Rain inclina la cabeza levemente, con falsa cortesía—. No podemos permitir que un Alfa se ate a una humana. Si queremos que la manada se mantenga fuerte, debes demostrar que tu corazón sigue con nosotros. Que tus prioridades siguen siendo las c