111. Fuego bajo la Luna Roja.
El viento cambió de dirección esa noche.
Ya no olía a tierra húmeda o a hojas rotas. Olía a huida. A regreso. A sangre vieja y nombres olvidados.
Luke lo sintió antes de que ocurriera.
Se levantó de la cama, el pecho desnudo, los ojos encendidos como brasas. Rita lo siguió, abrigada por una manta.
—¿Qué es? —preguntó ella, sabiendo que no era solo un presentimiento.
—Ellos. Los que quedaron. Los que sobrevivieron a la masacre.
Rita se detuvo. Su corazón se aceleró.
—¿Estás seguro?
—Están llamando. Y quieren verme.
…
La reunión tuvo lugar en un claro donde los árboles parecían inclinarse en respeto. No quedaba rastro del antiguo refugio, solo piedras carbonizadas y cenizas dispersas.
Pero ahí estaban.
Siete.
Siete figuras emergiendo de entre las sombras, algunas con el andar cojo, otras con una mirada vacía. Pero vivos. Con cicatrices que hablaban más que cualquier palabra.
Uno de ellos era **Tomi**. El viejo cocinero de la manada, el que todos creyeron muerto.
—Sos igual a tu padre, L